Tendrá lugar el 3 de enero y, organizada por la parroquia y la ayuda de las Hermanitas del Cordero, la cena es gratuita y va dirigida especialmente a quienes están solos, no pueden salir de casa o sencillamente quieren compartir junto a otras personas el Nacimiento del Hijo de Dios.
La parroquia de San José del Barrio de Monachil no quiere que nadie se quede sin celebrar la Navidad. Por ello, por segundo año, organiza junto con las Hermanitas del Cordero una cena de Navidad dirigida especialmente a quienes no tienen con quien celebrarla, quienes no pueden salir de casa, se sienten solos o, sencillamente, quieran disfrutar de una tarde noche disfrutando de la compañía mutua en familia con la comunidad parroquial.
La cena se celebrará el 3 de enero a las 20 horas y está abierta a todo el mundo, también a no creyentes pero que quieran compartir y disfrutar de un momento de compartir juntos. Se cantarán villancicos y se cenará, en una iniciativa organizada por la propia parroquia con las Hermanitas del Cordero.
No es necesario pagar ni llevar nada, pero sí recomiendan su inscripción acudiendo a la sacristía de la parroquia de San José en el Barrio de Monachil. La primera vez que organizaron una cena de Navidad para favorecer que quienes se sienten solos o no pueden compartirla tengan un momento en estas fechas para sentirse acompañados, acudieron hasta 220 personas. De ahí, la inscripción previa para la organización. No obstante, la parroquia de San José del Barrio de Monachil abre sus puertas para acoger a todos quienes deseen pasar un rato en fraternidad y como en una familia.
“De ahí surge la idea, de sentirse familia. Veíamos tantas gentes que por motivos de distancia, económicos, e incluso de algunas diferencias con alguna persona en la que no se juntaba con otros…, nosotros mismos deseamos vivir como familia la Navidad: cantar villancicos, descubrir juntos el motivo de la Navidad”, explica D. Miguel Ángel Morell, párroco de San José del Barrio de Monachil.
“Todos los párrocos y todos los cristianos vemos que si el elemento que es el hacer familia no lo tenemos en las parroquias, se convierte en una cosa que no tiene alma, no tiene corazón”.