El pasado domingo, 9 de febrero de 2014, se celebró con toda solemnidad la Festividad de la Aparición de la Santísima Virgen de las Angustias en su Basílica, totalmente abarrotada de fieles.
La Eucaristía se celebró a las 12 horas, fue presidida por D. Manuel Reyes Ruiz, Vicario General de la Diócesis de Granada, acompañado de D. Francisco Molina Carretero, Párroco de la Basílica.
En la monición de entrada, D. Miguel Luis López-Guadalupe Muñoz, Prefecto de Formación, Juventud y Vicesecretario de la Real Hermandad Sacramental de la Virgen de las Angustias, empezó diciendo: «Con ese sosiego que transmitía el Beato Fray Leopoldo de Alpandeire, venimos a celebrar esta mañana la Eucaristía a los pies de la Virgen de las Angustias, cuya fiesta de la Aparición, la más importante de nuestra Hermandad fuera del mes de septiembre, nos apunta con claridad a este divino tesoro que tenemos en la presencia constante de María en nuestras vidas… «. Terminó sus palabras diciendo: «Hoy la Real Hermandad Sacramental de Nuestra Señora de las Angustias, junto a esta Basílica Parroquial, recibe en su seno a los nuevos hermanos en todas sus ramas: Horquilleros, Palieros y Hermanas Cofrades. Bienvenidos de corazón. No olvidemos nunca que hemos de ser sal para la tierra y luz para el mundo.»
Las lecturas de la Misa han sido realizadas por miembros de la Hermandad, así como las peticiones. D. Manuel Reyes, ha empezado su homilía diciendo: «Hoy coincidiendo con el recuerdo y la celebración de la Aparición de Nuestra Señora de las Angustias, fiesta importante para la Hermandad, van a recibir su medalla nuevos miembros de la Hermandad, en sus distintas secciones. Es por lo tanto un día de gozo y de alegría para su consiliario, D. Francisco, Párroco; para toda la Junta de Gobierno, el Hermano Mayor y todos los que formáis esta Hermandad de Nuestra Señora, la Virgen de las Angustias…».
Continuó D. Manuel su homilía diciendo que las lecturas de hoy vienen a trazar el programa que todos debemos seguir para contribuir a mejorar este mundo en el que vivimos. En primer lugar, como cristianos que somos, debemos ser levadura en medio del mundo para que surja la Comunidad que Dios quiere. La levadura es luz para evitar las tinieblas del mal y del pecado, y también es sal que da sabor y que previene la corrupción. Nuestra luz y nuestra sal es la fe. Nuestra luz, nuestra sal, y nuestra levadura es el amor. Nuestra luz, nuestra sal, y nuestra levadura es nuestra esperanza, es el cariño, es la sencillez. Terminó su homilía diciendo: «…que la Virgen os acompañe en esa tarea, en ese compromiso que adquirís hoy, que no solamente es de querer mucho a la Virgen y de honrarla, sino que también es un compromiso, a través de la Hermandad, con la tarea de la Iglesia de ser verdaderamente instrumento en el mundo para que esto mejore. Instrumento para que los hombres estén más unidos y seamos más fraternos. Para que nosotros descubramos que somos la familia de Dios en este mundo, que por lo tanto vive más en comunión con Dios, estando Dios y Jesucristo más presentes en nuestra vida y al mismo tiempo, conscientes que al ser familia, somos hermanos. Y de todo eso es de lo que tiene que ocuparse cualquier cristiano que se sienta activo y que dé un paso adelante, como dais vosotros hoy en vuestro compromiso de amor a la Virgen, pero también de amor a Jesucristo y de servicio a la Iglesia. Que así sea».
A continuación se tuvo la ceremonia de la entrega de las medallas de la Hermandad con la Imagen de la Santísima Virgen de las Angustias en el anverso y el Sagrado Corazón en el reverso, a los nuevos hermanos, que en total han sido treinta y nueve, distribuidos así: 20 del Cuerpo de Horquilleros, 6 del Cuerpo de Palieros y 13 del Cuerpo de Hermanas Cofrades. La Secretaria General de la Hermandad, María del Carmen González Pareja, fue nombrando a los nuevos hermanos que iban acercándose al altar para recibir las medallas, que les fueron entregadas por el celebrante y por miembros de la Junta de Gobierno de la Hermandad, con su Hermano Mayor, D. Francisco Salazar.
La Santa Misa fue acompañada por los cantos de la Coral Parroquial Virgen de las Angustias, que contribuyó a la solemnidad de la celebración.
D. Francisco Salazar, Hermano Mayor de la Hermandad, hizo la Consagración a la Santísima Virgen de las Angustias, que terminaba así: «…Por nuestra parte, querida Madre, prometemos cumplir fielmente el compromiso y las obligaciones, que como Hermanos Horquilleros, Hermanos Palieros y Hermanas Cofrades, hemos adquirido al formar parte de tu Hermandad.»
El Himno Oficial a la Virgen cerró con los vivas y aplausos finales esta maravillosa celebración, repleta de espiritualidad, de la Aparición de la Santísima Virgen de las Angustias, que todos los años tiene lugar el segundo domingo de febrero.
Al concluir, todos los nuevos Hermanos pasaron a la Sala Capitular donde se hicieron varias fotos de recuerdo, ya que no pudo ser en la escalinata del altar mayor por dar comienzo la misa de una y en el patio de la Basílica, tampoco, a causa de la lluvia.
Antonio Joaquín Mezcua Roelas
