“Caminando juntas” contra la discriminación

Con motivo de la celebración del 8 de marzo, Cáritas reclama a las Administraciones públicas y al conjunto de las instituciones una política decidida y eficaz para prevenir las situaciones de exclusión social que sufren las mujeres.

Cáritas Diocesana de Granada trabaja en la promoción de la mujer más vulnerable que vive en situación marginalidad y desmotivación, y se suma a esta jornada internacional para llamar la atención de toda la ciudadanía y las comunidades cristianas sobre las situaciones de desigualdad y de violencia que siguen persiguiendo a las mujeres, y las dificultades que persisten en el acceso y garantía de sus derechos.

Cáritas Diocesana de Granada es testigo de ello a través de su programa diocesano de acción social “Caminando juntas” que ha acompañado a lo largo de 2016 a 268 mujeres en desventaja social. Persiguiendo su recuperación personal e inserción socio-laboral, a través de acciones formativas y de acompañamiento, fomentando en todo momento que sea en sí misma el agente de cambio de su realidad y de su entorno más cercano.

Las mujeres que acuden a los servicios de Cáritas son muchas veces víctimas de una múltiple discriminación, por su condición de género y por otros factores relacionados con la etnia, la edad, la posición socioeconómica y el nivel educativo, entre otros. Son mujeres que viven en situación de marginación, sin formación, con escasa o nula cualificación profesional, carentes de hábitos normalizados, con baja autoestima y habilidades sociales deficientes. Mujeres jóvenes con hijos a cargo, que ejercen la prostitución e incluso victimas de trata, víctimas de violencia de género, ex reclusas, gitanas, inmigrantes, etc. todas ellas con escasos o nulos ingresos económicos que basan su economía en actividades marginales y con enormes dificultades de inserción laboral.

La mujer es sin duda quien más sufre y padece los efectos de la marginación social. Ella es, en la mayoría de los casos la que asume en soledad la responsabilidad del cuidado y mantenimiento de los hijos. Sustentada por una economía precaria que unida a la escasez de recursos de apoyo, hace que se encuentre en situaciones desesperadas con muy pocas posibilidades de mejora.

Al prevalecer en todo momento la necesidad diaria de alimentar a sus hijos no deja tiempo para la formación y promoción personal, por lo que llega a producirse una espiral de la que difícilmente se puede salir.

Por ello, con motivo de la celebración del 8 de marzo, Cáritas reclama a las Administraciones públicas y al conjunto de las instituciones una política decidida y eficaz para prevenir las situaciones de exclusión social que sufren las mujeres, para erradicar la violencia de que son objeto y para garantizar su protección desde un enfoque basado en los derechos humanos.

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