Bendición Casa de la Esperanza, con su Hermandad y la Fundación Amaranta de la Madres Adoratrices

Se trata de la obra social de la cofradía con motivo de la coronación canónica de la Niña de Santa Ana.

Los cultos anuales con motivo de la celebración del día de Nuestra Señora de la Esperanza no han podido tener mejor epílogo que la bendición el pasado martes de la Casa de la Esperanza, obra social de la cofradía con motivo de la coronación canónica de la Niña de Santa Ana, puesta en marcha por la hermandad junto con la fundación Amaranta de la Madres Adoratrices.

Fue un acto íntimo, por la propia naturaleza de esta iniciativa, y contó la presencia de nuestros párrocos Manuel García, y José Gabriel Martín, las hermanas de la congregación Paquita, Aurelia y Carmen, las voluntarias y cuidadoras que colaboran en la casa, el hermano mayor, Francisco Fernández y por supuesto las mamás y su hijos que son quienes la habitan desde el pasado mes de julio.

El inmueble ha sido reformado y equipado por la hermandad para poder acoger tres familias monoparentales, ‘monomarentales’, tuteladas y asistidas por las Adoratrices según los criterios y fines asistenciales de la fundación Amanta. Ello ha sido posible gracias a la cofradía a través de actuaciones dirigidas a la obtención de los recursos necesarios, así como de la colaboración de hermanos, particulares, entidades y empresas que han hecho posible la puesta en funcionamiento de esta realidad.

En el acto de bendición se pronunció la siguiente homilía:

La casa donde siempre es Adviento

El adviento que estamos celebrando es el tiempo de la Espera y la Esperanza. Esta tarde con gozo, bendecimos esta casa, la obra de misericordia fruto de la próxima coronación pontifica de la imagen de Nuestra Señora de la Esperanza. Casa que hace meses tiene las puertas abiertas y cobija e irradia esperanza para vosotras madres y vuestros hijos, es hogar donde experimentáis el apoyo material y afectivo. A lo mejor pensabais, no tengo nada, tampoco tengo a nadie, sólo mi valiente decisión de continuar adelante con un bebé con el que no contaba, que se convierte en bendición de Dios.

Casa que es prolongación de la Caridad que como carisma y compromiso en vosotras hermanas adoratrices sembró, urgió y comprometió vuestra fundadora Santa María Micaela, respondiendo también a las palabras del Papa Francisco, de abrir nuestras puertas y salir fuera, a las periferias. Casa que es realidad, en unión con vuestro proyecto Amaranta, gracias también al trabajo, empeño y esfuerzo de los hermanos y hermanas de nuestra hermandad, (representados estar tarde, en tan poco número, por la intimidad del lugar), hermanos que buscaron y alquilaron, equiparon y quieren seguir manteniendo esta esperanzadora realidad. Voluntarios en lo escondido que aportan ayudas sin que nadie se entere, voluntarios que pasan tiempo con vosotras y con vuestros pequeños, y voluntarios que están cuando se les requiere. Voluntarios que experimentamos como se cumple que los que ayudan somos ayudados, creamos una cadena de personas que nos necesitamos mutuamente, nos enriquecemos entre todos y aprendemos tantas cosas bonitas de otras culturas, de otras profesiones y de otras maneras de ver la vida.

Pedimos a Dios un adviento largo y mantenido en el tiempo, porque aquí se vive en una constante espera, igual que en Adviento con la Virgen María esperamos a que Jesús venga a nuestro corazón.

Granada, 19 de diciembre de 2017

Real Hermandad y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder y Nuestra Señora de la Esperanza

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