El Museo de Fray Leopoldo en Granada donde se encuentra la tumba del beato y su casa natal en Alpandeire (Málaga) son el epicentro de una devoción que está muy presente en buena parte de la geografía andaluza dando nombre a numerosos puntos del callejero provincial y regional.
Hay un lugar en el centro de Granada que recoge la entrega y la huella aún viva de los más de 50 años que Fray Leopoldo de Alpandeire dedicó a los más pobres de la ciudad, con los que se encontraba en las calles y son estas las que hoy siguen hablando del testimonio del “fraile limosnero”. Desde la Catedral de Granada y subiendo por la Avenida de la Divina Pastora el peregrino se encuentra con el Museo de Fray Leopoldo, punto clave en el que se encuentra su sepultura y hasta donde se desplazan miles de peregrinos de todas partes de España cada año para orar y pedir su intercesión, especialmente cada día 9, jornada en la que se conmemora su partida al cielo que tuvo lugar un 9 de febrero de 1956.
Antes incluso de llegar al Museo y al Hogar Fray Leopoldo, es necesario cruzar los Jardines del Triunfo donde un monumento de bronce de más de 2 metros ensalza la figura del beato.
ALPANDEIRE Y GRANADA, CUNA Y VOCACIÓN
Fray Leopoldo de Alpandeire nació en la localidad del mismo nombre ubicada en la provincia de Málaga, en 1864, en el seno de una familia humilde. Después de unos años ingresó en el convento de los capuchinos de Sevilla en 1899 llegando a nuestra diócesis de Granada en 1914 donde se dedicó durante 50 años a recorrer las calles de la ciudad pidiendo limosna para los pobres y atendiendo a todas las personas necesitadas que se le acercaban. Granada también lo vio partir al descanso eterno el 9 de febrero de 1956 convirtiéndose en el lugar donde reposan sus restos que desde entonces son venerados por miles de peregrinos llegados de toda Andalucía y de otros puntos de España.
De esta forma, visitar el Museo donde se encuentra su tumba, participar en la Eucaristía, ofrecerle flores y pedirle por las necesidades de los devotos es una tradición que se repite mensualmente, la próxima será el 9 de agosto.
Fray Leopoldo fue propuesto beato en 1961, varios años después de atribuírsele varios milagros y curaciones, fue declarado “venerable”. Su beatificación en la Base Aérea de Armilla el 12 de septiembre de 2010 congregó en la diócesis a más de 60.000 personas estando este recuerdo grabado en la memoria del pueblo cristiano de Granada.
HUELLA DE SANTIDAD EN ANDALUCÍA
Además de los lugares donde el “fraile limosnero” nació y pasó su vida, su testimonio y la devoción de los fieles cristianos hacia su figura se extiende por diversos puntos de la provincia de Granada y Alpandeire, donde además de su casa natal hay dos monumentos y varias calles dedicadas a él, al igual que en otras provincias andaluzas que también dedican calles y monumentos en homenaje al beato.
Dentro de la provincia de Granada, además de la capital, Maracena, Cogollos de la Vega, Peñuelas en Láchar, o Churriana de la Vega tienen en su trazado calles dedicadas al beato junto a otras localidades como Coín (Málaga), Aguadulce (Almería), Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) y próximamente en Sevilla, cuyo consistorio ha aprobado recientemente dedicar una de sus calles al capuchino malagueño.
María José Aguilar
Secretariado de Medios de Comunicación Social
Arzobispado de Granada