¿Réquiem por la familia o réquiem por la sociedad?

Conferencia de Mons. Javier Martínez, el 23 de abril, con motivo de la XI Semana Diocesana de la Familia de Granada, que, del 21 al 28 de abril, se celebró en el CC. Nuevo Inicio, del Arzobispado, con el lema «Dios y la familia».

Es necesario amar. Es verdad que el hombre desea ser amado: lo desean todos los hombres como todos los hombres desean la felicidad, pero hay una especie de ‘salto mortal’ entre ser amados y la experiencia que nosotros tenemos del matrimonio. Porque ser amados puede ser entendido de forma sentimental. (…) Cuando estás diciendo ‘amor’ o ‘te quiero’, qué estás queriendo decir. El hombre está hecho para el amor. Cierto. Pero la experiencia que nosotros conocemos del amor, la que corresponde al designio de Dios en el origen parte de Cristo. Y no puede ser que (…) Cristo venga a ser una especie de apéndice al final que nos da una motivación ética para ser capaz de resistir las dificultades que surgen del amor, en el camino de la vida. Porque si es eso, no reconstruiremos nada. La experiencia de lo que significa el amor de un hombre y una mujer está en el Gólgota, y está cada vez que celebramos la Eucaristía. Hay un rito en la Eucaristía, que seguramente no le prestamos atención, y es cuando el sacerdote parte la Forma y la mezcla con la Sangre. Eso representaba simbólicamente (…) quien se sacrifica, y eso lo hace el esposo. Ser esposo en clave cristiana significa dar la vida por una mujer y por unos hijos. Y ser esposa es dar la vida por los hijos, y la arriesga cada vez que se da la maternidad.

+ Javier Martínez

Granada, 23 de abril de 2013

Para escuchar la conferencia.

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