«La presencia de Cristo hace brotar la alegría»

El domingo 15 de julio, el Arzobispo de Granada, Mons. Javier Martínez, intervino en el informativo diocesano «Iglesia Noticia», que se emite todos los domingos en COPE Granada de 9:45 a 10 horas. Éste es su mensaje de ese día.

Queridos oyentes de la COPE:

Hoy es un día de acción de gracias. Todos los domingos lo son, en el sentido de que todos los domingos recordamos el acontecimiento que llena de sentido nuestra vida, que es la Resurrección de Cristo. De ahí viene la palabra domingo: «Dies dominicus», día del Señor. Día en que Jesús de Nazaret ha resucitado de entre los muertos, el primer día de la semana judía y esa luz que brota de la mañana de Pascua inunda la historia de tal modo que nos hace resplandecer con el gozo de su presencia, de su compañía, de su misericordia, con el gozo de su amor vivo, vivo por cada uno de nosotros, por todos los hombres.

Además de este gozo de cada domingo, hoy hay un gozo especial para la Iglesia de Granada: alrededor de 3.000 jóvenes, niños una parte de ellos, adolescentes, la mayoría, de 18 países y formando parte de 90 coros de catedrales fundamentalmente, y también de algunas otras iglesias, están reunidos en Granada celebrando el XXXVII Congreso de los Pueri Cantores del mundo.

Son 90 coros que se distribuyen en muchos países. Han venido desde un coro de Corea hasta un coro de Brasil, por poner los dos extremos más alejados unos de otros en la geografía del mundo. Alrededor de 1.000 chicos con los alemanes a lo mejor alrededor de otros mil de coros españoles, pero luego también de Venezuela, de Francia, de Italia, de Suiza, de Austria… Es un gozo verlos juntos cantar por nuestras calles.

Han estado en estos días dando conciertos en cierto número de iglesias, tuvimos un precioso momento de recibimiento y de oración común en la Plaza de toros y esta mañana van a celebrar todos juntos la Eucaristía en nuestra Catedral.

El lema del Congreso es muy significativo, en latín dice «Congregare in Unum», pero la frase española, la frase del Nuevo Testamento, del Evangelio, de donde está tomado, hace referencia a que Cristo ha venido a reunir a los hijos de Dios dispersos, en un mundo como el nuestro, lleno de tantas divisiones, donde se fomentan esas mismas divisiones entre unas naciones y otras, entre pueblos y lenguas diferentes, divisiones a veces en el seno mismo de la sociedad entre unas clases sociales y otras, luchas de poder, descaradas, perfectamente reconocibles y visibles.

El ver a estos chicos cantar juntos como hijos de Dios dispersos que se reúnen para dar gloria a Dios con su música, cantando en común y sencillamente mostrando que hay una presencia y un amor que nos une más allá de las fronteras que los hombres hemos creado. Más allá de las lenguas hay un lenguaje que es el de Pentecostés, que es el del amor, que es el que Cristo hace posible. Y ese lenguaje hace la vida bella, hace la vida humana, y hace posible la alegría en medio de las mil dificultades de todo tipo que tiene la vida.

Sin embargo, la presencia de Cristo hace brotar la alegría, los cantos de alabanza, cantos, decía un escritor antiguo, capaces de curar a quienes los oyen. Las heridas las llevamos todos dentro; de una forma o de otra, la vida las va haciendo; el mal, la experiencia del mal las ahonda y las mantiene abiertas, y los cantos de alabanza de estos jóvenes nos devuelven a la frescura de la presencia y de la gloria de Dios, nos devuelven a la memoria de que es posible la alegría en este mundo cuando reconocemos a Dios como amor y como fuente y plenitud de nuestra vida y de nuestro amor en este mundo.

Vamos a dar gracias por esos muchachos y vamos a aprender de ellos que el amor puede vencer siempre a cualquier dificultad.

Que tengáis un domingo precioso.

Mons. Javier Martínez

Arzobispo de Granada

15 de julio de 2012

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