Homilía en la toma de posesión de un nuevo canónigo de la Catedral, el 26 de septiembre de 2025.
Querido Antonio Luis,
Queridos hermanos, miembros del Cabildo de nuestra Catedral de Granada,
Queridos Javier y Fran, que acompañáis,
Queridos hermanos y hermanas, que os habéis dado cita para acompañar a Antonio Luis en esta toma de posesión, se puede llamar así, del oficio de canónigo de la Iglesia Catedral de Granada. Aparte de que habéis venido para verlo vestido así, vamos a ser sinceros.
Estamos en un acto religioso. Esto podía habérsele apetecido mucho. Pero yo he tenido que obligar a Antonio Luis, lo sabe él. Con lo cual quiero significar que esto es un servicio. Acabamos de escuchar la Palabra de Dios. Por una parte, el texto del Antiguo Testamento nos muestra la vuelta del destierro y la inauguración del segundo templo. El templo es el centro de la vida religiosa del pueblo de Israel. Y Jesús inaugura el templo nuevo, que es el mismo.
Destruid este templo y en tres días volveré a edificarlo. Jesucristo es el verdadero templo, verdadero lugar del encuentro con Dios, en el mismo. Luego, la centralidad de Cristo es la que tiene que brillar en nosotros. Cualquier cosa que se llame iglesia tiene que tener como centralidad a Cristo. Y es lo que expresa Pedro sobre esa piedra, precisamente. Sobre esa confesión se fundamenta la Iglesia.
El edificio de la Iglesia, del que somos piedras vivas por nuestro bautismo. Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios vivo.
Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia. Esa es la confesión de fe esencial, y es la confesión de fe de todo el evangelio. Estas cosas han sido escritas, dice Juan en su Evangelio, para que creáis que Jesús es el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre. Es la fe de Pedro, es la fe de Tomás, el incrédulo. Señor mío, Dios mío. Es la fe del ciego de nacimiento.
¿Quién es, Señor, para qué creer en Él? ¿Tú lo has visto? El que contigo habla, Señor, creo. Es la fe de Marta. Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo, el que tenía que venir al mundo. Es la fe del centurión. Es la fe del centurión también al pie de la cruz. Realmente este hombre es el Hijo de Dios.
Eso es lo esencial cristiano. Es la fe. Dios que es amor, que se nos ha manifestado en su Hijo Jesucristo y nos ha dado su Espíritu. Por eso lo esencial cristiano es lo que resume hoy la oración colecta que se hizo el domingo pasado. Hemos dicho: El Señor que ha puesto la plenitud de la ley divina en el amor a Él, el amor al prójimo, y le pedimos que cumpliendo sus mandamientos, podamos llegar al cielo, a la a la vida eterna.
Por tanto, Antonio Luis, hay que ir a lo esencial y lo esencial es el servicio. Lo esencial es Cristo. Y el servicio a esta catedral magnífica que celebra su 5.º centenario, a esta joya que resume y simboliza la Iglesia de Granada de los que creemos en Jesucristo, el Hijo de Dios. Es un servicio al Señor, es un servicio… El culto divino, que es por antonomasia, como dice el Concilio, la obra de Dios. Es un servicio que tiene que estar completado y autentificado por la caridad. Es un servicio al pueblo de Dios.
Y esta esta iglesia, lleva aneja, como formando parte de ella, la Parroquia del Sagrario. Ya dirás lo que se tenga que decir cuando tomes posesión de la Iglesia del Sagrario, porque vas a tener dos tomas de posesión. ¡Toma ya!
Pero la pastoral familiar es la que quiero… La Iglesia es familia, es la familia de los hijos de Dios. La iglesia del sagrario, unida a la Catedral, tiene que ser no solo la exposición de la belleza, de esa bien pulcritud que nos lleva a la contemplación del misterio de Dios en Cristo. Como le pedimos en la oración colecta del Día de la Epifanía: Oh Dios, que has llevado a los pueblos gentiles a la luz de la fe por medio de una estrella, concede a los que ya te conocemos por la fe, alcanzar un día la visión de la belleza infinita de tu gloria.
Luego, queridos amigos, recemos por Antonio Luis, recemos por estos sacerdotes que están aquí. Que no es un título de honor, que es un servicio, que son sacerdotes que tienen otros trabajos en la diócesis y este es uno de los principales. Mantener el culto de Dios cada domingo y cada día de diario con la celebración de la Eucaristía, rezando por el pueblo de Dios en la Liturgia de las Horas, viviendo ese mandato del Señor de orar sin cesar. Y al mismo tiempo simbolizando la Iglesia de Granada, que está bellamente representada en esta arquitectura magnífica y en su belleza.
Pero detrás hay unos servidores, unos servidores que hacen de su sacerdocio ese servicio de la caridad, del culto, y al mismo tiempo, del anuncio. Pidámosle a la Virgen, la Virgen de la Antigua, pidámosle que te acompañe, que sientas la ayuda de la gente, de pastoral familiar. Que sientas la ayuda de esta Iglesia, de esta parroquia peculiar, donde tantos hombres y mujeres vienen a unir sus vidas con la bendición del Señor, y al mismo tiempo, cuya fuente bautismal se abre a nuevos cristianos. Probablemente la fuente bautismal más fecunda de toda la diócesis.
Así sea.
+ José María Gil Tamayo
Arzobispo de Granada
26 de septiembre de 2025
S. A. I. Catedral de Granada