Con el lema «Sin hogar, su historia es parte de la nuestra. Todos contamos», el día 22 se recuerda a las personas que no tienen hogar, por quienes se ofrecerá la Eucaristía dominical en la Catedral, a las 13 horas, con el Arzobispo. Como si de un clásico del cine se tratara, nuevamente nos podemos en marcha (y ya van con éste 18 años), para realizar la campaña anual de sensibilización y denuncia a favor del colectivo de personas sin hogar como personas que están viviendo al límite y en el límite de todos. Este año, como en ediciones anteriores la campaña está siendo coordinada por Cáritas Española, junto con FEANTSA España y FACIAM.
Queremos hacer aquí una llamada a los sucesos vitales estresantes (S.V.E.), como causa determinante de las situaciones de sinhogarismo. Si bien la media de S.V.E. en población normalizada, a lo largo de toda la vida, está en torno a 2-3, en personas sin hogar esta cifra asciende a una media de 9. Estaríamos diciendo que los S.V.E., son compañeros de viaje en el devenir diario de estas personas (malos tratos antes de los 18 años, problemas de drogas de los ascendientes, abandono del hogar, vivir en orfanatos, abandono de los padres, desempleo, problemas económicos, intentos de suicidio, separación/divorcio…).
La Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948, establece que todo ser humano tiene derecho a SER. Ahora bien, el derecho a SER, a estar, no conlleva que todos tengamos que ser de la misma manera (el derecho a ser iguales contiene el derecho a ser diferentes: iguales en oportunidades y derechos y diferentes en ideas, religiones, decisiones…).
La sociedad está creando dos categorías de ciudadanos: los incluidos (los que participan y pueden ejercer sus derechos) y los excluidos (los que no participan y, por tanto, no cuentan). ¿Es éste, el ideal de sociedad que queremos construir? Evidentemente no, por lo que éste, ha de ser uno de nuestros mayores objetivos en ese trabajar por la justicia.
Enlazando con la Campaña Institucional de Cáritas 2008-10, “una sociedad con valores es una sociedad con futuro”, a fin de conseguir ese objetivo de trabajar por la justicia, hemos de decir que es necesario: – potenciar la participación; tener igualdad de oportunidades y respetar las diferencias de usos por el género, la edad, etc.; superar la polarización de la sociedad; cambiar nuestras pautas de consumo; y en ese intento de fomentar la participación de las personas más vulnerables, dicha participación ha de ser no sólo social, sino que ellos han de ser partícipes de sus propias vidas, del cada día, de las decisiones, de los cambios, etc. No se trata de un camino donde alguien dirige y otro es dirigido. Hemos de partir del reconocimiento de las capacidades y de las posibilidades de todas las personas para comprometerse en la mejora de su situación y de su entorno.
Con la esperanza que nace de la responsabilidad y de la necesidad de construir una nueva sociedad, volvemos a pedir, a proponer, a proponernos, todo lo que venimos reclamando en nuestras anteriores campañas con el anhelo de que puedan dejar de ser letra en un documento y pasen a ser vida, a ser realidad para miles de personas.
Cáritas Granada
