Fallece la hermana Josefa Legaz a los 104 años en Granada.
“Damos gracias a Dios por su larga y fecunda vida de Hija de Jesús misionera, y por haber tenido la suerte de poderla compartir con ella hasta el final de sus días”. Así se despedía la comunidad religiosa de Hijas de Jesús, a través de su madre superiora Charo en el funeral de la hermana Josefa Legaz.
Fallecida a los 104 años, con una vida cumplida en el Señor, la comunidad de Hijas de Jesús la recuerda con el agradecimiento a Dios “por la vida larga y plena” de esta hermana, natural de Etxalar, en Navarra, que profesó los votos perpetuos el 8 de diciembre de 1956 en Madrid, y recibir formación en Salamanca. A Granada llegó años después, tras recorrer destinos como Pamplona, San Sebastián, Madrid, Medina del Campo, Valladolid, Vigo, Elche y, finalmente, Granada, donde ha permanecido hasta su fallecimiento el pasado 26 de mayo.
“Con las célebres ‘tortuguitas y pulseritas solidarias’ que fue entretejiendo poquito a poco, con ese sentido misionero que, a sus 104 años, llenaba de sentido su vida, pudieron llegar a través de sus hermanas, a todos los rincones de la tierra donde las Hijas de Jesús vivimos en misión los distintos apostolados con niños y jóvenes, y a Perú, a través del padre Tomás y los jóvenes misioneros de Huétor Santillán que le acompañaba”, decía la superiora en el funeral de la hermana Josefa. “Hoy, damos gracias a Dios por su larga y fecunda vida de Hija de Jesús misionera y por haber tenido la suerte de poderla compartir con ella hasta el final de sus días”, subrayó.
Cuando cumplió 98 años, en un artículo publicado en la revista Vida Nueva, la hermana Josefa decía: “Me encuentro a gusto cuando me abandona a su querer: ¿Cuál es su querer? Lo que pone en mi camino en cada momento de mi vida. Y esta lección la repaso todos los días, porque siempre hay algo que aprender. Y cada día doy gracias al Señor, por ser Hija de Jesús”.