Con la Eucaristía presidida por el arzobispo Mons. Gil Tamayo en la Basílica donde descansan los restos del santo.
La comunidad de fieles devotos a san Juan de Dios, así como la comunidad religiosa de la Orden Hospitalaria, han celebrado este año la fiesta litúrgica del santo con la novedad de su Año Jubilar, concedido por la Santa Sede con motivo del 475 aniversario de su muerte.
Este Año se extenderá hasta la próxima fiesta, el 8 de marzo, del año 2026. En la celebración de este año, cuya Eucaristía fue presidida por el arzobispo D. José María Gil Tamayo, se procedió a la apertura de la puerta en la Basílica que consistió en la apertura de la puerta que da visibilidad al camarín en la parte superior del altar mayor, donde se hallan los restos del santo. Un sonoro aplauso daba la bienvenida a esta apertura oficial del Año Jubilar, con el que podrá obtenerse Indulgencia Plenaria cumpliendo las condiciones habituales establecidas por la Iglesia, y que se une al Jubileo universal de la esperanza.
Junto con la comunidad de hermanos hospitalarios, un grupo de Hermanitas de los pobres y numerosos fieles, a la Eucaristía de apertura jubilar contó con la asistencia de distintas autoridades, como el teniente general jefe del MADOC, José Manuel de la Esperanza, el teniente de alcalde Enrique Catalina y el concejal de Participación Ciudadana, Francis Almohalla, así como el concejal socialista Juanjo Ibáñez.
Asimismo, asistió el presidente de la Real Federación de Hermandades y Cofradías de Granada, Armando Ortiz, y miembros de su Junta de Gobierno, y los Caballeros y Damas del Santo Sepulcro de San Juan de Dios. También, el presidente del Capítulo de las hermandades de Gloria, Juan de Dios Morillas, y representantes de las hermandades vinculadas a la Orden Hospitalaria.
IMITAR A SAN JUAN DE DIOS EN LA VIDA COTIDIANA
En sus palabras durante la homilía, Mons. Gil Tamayo recordó del santo cómo vivió la caridad y el amor “de forma extrema”, que “se tomó en serio a Jesucristo”; un amor hasta el extremo sólo superado por el del propio Jesucristo. En este sentido, el arzobispo animó a los fieles a no quedarse en la admiración de lo que hizo por amor a Dios y a los demás san Juan de Dios, sino que sea un modelo de imitación. “En esto reconocerán que somos sus discípulos: en que nos amamos unos a otros”, recordó el arzobispo en palabras de Jesús.
Asimismo, indicó que las obras y la fe van de la mano, y deben impregnar nuestra vida cotidiana. “El cristianismo es la religión del amor vivido en las circunstancias ordinarias y concretas que a cada uno le ha tocado vivir. Imitemos a los santos, y en concreto a san Juan de Dios, cada uno en sus circunstancias”, explicó.
El arzobispo, que recordó la concordia y la paz que hemos de poner ante un mundo actualmente crispado, concluyó sus palabras encomendando a la Virgen de la caridad nos dé “una mirada de compasión que nos hace acoger a todos y nos lleva a hacer un mundo mejor”.
TEMPLO JUBILAR
En esta Eucaristía se oró por la salud del Papa Francisco, que desde el pasado 14 de febrero se encuentra hospitalizado en Roma. Al término de la Santa Misa, los fieles que desearon pudieron visitar el camarín que acoge las reliquias de San Juan de Dios.
La apertura oficial de este Año Jubilar viene precedido de una novena en su basílica y de un triduo en honor al santo que se celebró los días previos en la catedral, en presencia de sus reliquias ubicadas en el tabernáculo.
La Basílica es templo jubilar con ocasión de este aniversario, así como templo jubilar para el Año convocado por el Papa Francisco en la Iglesia universal dedicado a la esperanza. La Indulgencia Plenaria se obtiene confesando los pecados, comulgando en la Santa Misa, visitando un templo jubilar y orando por las intenciones del Santo Padre.