Más de cuarenta personas partieron desde Hinojosa del Duque rumbo a los pies de Virgen
Las mismas palabras de Miguel de Cervantes en el Persiles, al describir la experiencia de los peregrinos que venían a dar gracias a la Virgen de Guadalupe tras haber llevado su devoción al Nuevo Mundo, podrían resumir las sensaciones de los más de cuarenta peregrinos que llegaban al Monasterio de Guadalupe el pasado martes, 6 de septiembre, habiendo caminado desde Hinojosa del Duque: “Con cada paso que daban, nacían en sus corazones nuevas ocasiones de admirarse; peor allí llegó la admiración a su punto cuando vieron el grande y suntuoso monasterio, cuyas murallas encierran la Santísima Imagen de la Emperadora de los Cielos”.
El grupo de peregrinos ha estado integrado, fundamentalmente, por feligreses de las parroquias de Hinojosa del Duque; además de peregrinos procedentes de Belalcázar, Almodóvar del Río y Córdoba.
La peregrinación comenzó el día 3 de septiembre con la celebración de la eucaristía y posterior rito de bendición de los peregrinos en la parroquia de San Isidro Labrador de Hinojosa del Duque. A lo largo del día se recorrieron los 30 kilómetros que distan entre Hinojosa del Duque y la localidad de Cabeza de Buey, provincia de Badajoz, donde los peregrinos fueron acogidos en la Residencia de Ancianos de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno.
En la segunda jornada, el domingo 4 de septiembre, la etapa a completar estaba constituida por los 34 kilómetros que van desde Cabeza de Buey a Puebla de Alcocer. El Ayuntamiento de esta última localidad dispuso una “nave” para acoger a los peregrinos y en este mismo lugar se celebró la “Misa de campaña” del Domingo XXIII del Tiempo Ordinario. Bordear por distintos tramos el pantano de la Serena a lo largo de la jornada ayudó a recordar especialmente la necesidad de pedir por la lluvia para nuestros campos y pantanos.
En la tercera jornada, el lunes 5 de septiembre, se recorrieron los 42 kilómetros que hay entre Puebla de Alcocer y un rudimentario refugio para la caza ya en la Sierra de las Villuercas (Cáceres).
En la cuarta y última jornada, el martes 6 de septiembre, tras recorrer unos 25 kilómetros, los peregrinos llegaron ante la plantas de María Santísima de Guadalupe en el Monasterio de su mismo nombre. Por la tarde, los peregrinos participaron en la Santa Misa dentro de la Novena en honor a la Virgen de Guadalupe y al día siguiente, la peregrinación concluyó con la participación en la Misa del peregrino.
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