Los sacerdotes ordenados en los últimos diez años viajaron a Baeza y Úbeda junto al Obispo de Córdoba para encontrarse con San Juan de Ávila y San Juan de la Cruz.
En el día de San Juan Bautista, los sacerdotes diocesanos ordenados en la última década realizaron un viaje a Baeza y Úbeda, en una jornada de convivencia que les permitió conocer la conocer la huella que el maestro de santos dejó en la ciudad jiennense, donde fundó la Universidad, y la impronta que San Juan de la Cruz dejó en la ciudad de Úbeda, donde falleció.
Los sacerdotes, junto al obispo de Córdoba, monseñor Demetrio Fernández, celebraron la eucaristía en la Catedral de la Natividad de Nuestra Señora y tuvieron ocasión de ser guiados por los lugares avilistas de Baeza, que también celebra año jubilar de San Juan de Ávila. En el ayuntamiento, los sacerdotes junto al Obispo fueron recibidos por la alcaldesa de Baeza que los invitó a seguir participando en las celebraciones jubilares de este año.
Por la tarde, los presbíteros junto al obispo de Córdoba se trasladaron a Úbeda para visitar el lugar donde murió San Juan de la Cruz, tras un rato de oración en el convento de los Carmelitas, donde permanecen parte de las reliquias de San Juan de la Cruz, visitaron el convento y entorno monumental de esta ciudad patrimonio de la humanidad que tiene en lugares como la Iglesia del Salvador la máxima expresión de su belleza.