Esta ha sido el título de la conferencia de Patricio de Navascués Benlloch, de la Universidad Eclesiástica San Dámaso de Madrid
El ponente ha comenzado su intervención explicando a través de distintas fuentes la interpretación del Dogma, destacando a su vez que la Iglesia “entiende que la verdad revelada una vez para siempre en Jesucristo solo puede ser conocida y aceptada en la fe otorgada por el Espíritu Santo”. En este sentido, ha planteado cómo a la Iglesia se le ha confiado la palabra de la verdad, “el Evangelio”, y en ella se va dando una progresiva comprensión vital de esta verdad. “Yo quiero decir esto porque hay veces que hablamos de Nicea como si tuviésemos hoy la comprensión plena y perfecta y en el misterio de la verdad, en el modo de profundización, a veces hablamos olvidando que son misterios inefables, que si nosotros podemos decir algo de ellos no es por nuestra propia capacidad, sino porque así se nos ha revelado y se nos ha regalado”, ha asegurado. Navascués ha explicado que el cristiano no sólo entiende una verdad, sino que “permanece en la verdad, camina en la verdad, profundiza en ella y, sin duda, el Concilio de Nicea, cuyo aniversario se está conmemorando, no es el primero de este camino por el que la Iglesia poco a poco va asimilando la fe y la va reformulando en un proceso de interpretación constante y viva de tradición”.
“Nuestra fe no se dirige nunca a las palabras del símbolo, a las palabras del Credo, sino al misterio al que aluden esas palabras necesarias del Credo”, ha puntualizado. Al hilo de esto, ha comentado que cuando se habla de Dogma se entiende en sentido amplio. “No hablamos ahora del sentido más estricto tipo dogma de la Concepción, sino el Dogma en sentido amplio, es decir, el testimonio más historial obligatorio de la Iglesia sobre la verdad salvífica de Dios prometida en el Antiguo Testamento revelada definitivamente y en su plenitud por Jesucristo y permanentemente presente en la Iglesia por el Espíritu Santo”, ha comentado Navascués al tiempo que ha recordado que la Iglesia es depositaria de la fe.
Seguidamente, ha hecho alusión a siete criterios que asumen el documento sobre el Dogma de John Henry Newman para ayudar a comprender mejor la historia de la antropología y, tras un recorrido por estos, ha concluido subrayando que “si uno elige el criterio de eternidad como la garantía de la fe no es capaz de vertebrar el desarrollo entero del Doma” y ha puesto de manifiesto cómo no se puede separar el Hijo del Padre de la unidad y la alteridad, ya que “la idea genuina capaz de vertebrar el desarrollo del dogma es la de alteridad y unidad en el ser divino”.
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