El pasado domingo, se celebró una eucaristía de acción de gracias en la Catedral, presidida por el Obispo.
El pasado año, coincidiendo con el centenario de las apariciones de la Virgen en Cova de Iría, una imagen de la Virgen de Fátima visitó todas las parroquias y rincones de la Diócesis acompañada por el Apostolado Mundial de Fátima. Algo que supuso un gran impulso para este grupo que hoy por hoy tiene su sede y custodia a la Virgen en la parroquia de la Inmaculada y San Alberto Magno de Córdoba. “Fue una misión preciosa, una misión que para nosotros no ha terminado porque siempre estamos dispuestos a llevar a la Virgen allá donde sea necesario”, recuerda Benilde Jiménez, miembro del Apostolado de Fátima.
Haciendo balance de todo este año, Benilde explica además que esta “misión” ha dado frutos muy buenos, no sólo porque es mayor el compromiso de la gente con el Apostolado, donde actualmente hay setenta personas, sino porque ha aumentado mucho la devoción a la Virgen. “Son muchas las personas que se acercan a visitarla y que rezan ante Ella en la parroquia, porque hay mucha devoción en la Diócesis a la Virgen de Fátima”, explica Benilde.
También el Obispo quiso dar gracias por los frutos de la “Misión Fátima” y en la misa del pasado domingo en la Catedral, animó a los fieles a acercarse a Ella siempre que lo necesiten.
Por su parte, el Apostolado sigue trabajando y pidiendo, especialmente, por los enfermos; acudiendo los primeros viernes de cada mes al Hospital General para rezar el rosario por todos ellos; y el tercer sábado de cada mes, rezando junto a las Siervas de María.