Hoy ha finalizado el Congreso Internacional de San Juan de Ávila, celebrado del 25 al 28 de abril, en la Diócesis de Córdoba. En primer lugar, el Obispo de Córdoba ha impartido una ponencia sobre «El Apóstol de Andalucía» y a continuación, el Nuncio de Su Santidad ha presidido la Eucaristía en la Catedral.
El Apóstol de Andalucía
La clausura del Congreso Internacional de San Juan de Ávila ha comenzado con la intervención del Obispo de Córdoba, Don Demetrio Fernández, con una ponencia titulada «San Juan de Ávila, el Apóstol de Andalucía». Ésta ha sido la última sesión académica del Congreso que ha tenido lugar en el Palacio Episcopal.
El prelado ha estado acompañado en la mesa por el Nuncio de Su Santidad, Mons. Renzo Fratini; el Obispo de San Cristóbal, en Venezuela, Don Mario del Valle; y el Director del Centro Bíblico de Santa María Madre de la Iglesia, Antonio Llamas.
En su exposición, Don Demetrio Fernández ha explicado la vinculación histórica de San Juan de Ávila con la diócesis de Córdoba, nombrando desde a la marquesa de Priego, Catalina Fernández de Córdoba, por quien llega el Santo a Montilla, hasta la directora de la Oficina para la Causa de los Santos de la CEE, Encarnación González, con quien finaliza el proceso del doctorado.
Y finalmente, ha explicado la expresión de clerigus cordubensis porque «presbítero diocesano se es de un sitio», afirma Don Demetrio. Y en este caso, San Juan de Ávila es sacerdote de la Diócesis de Córdoba, pues «la pertenencia de un presbítero califica la vida y la espiritualidad de una Iglesia particular», ha añadido.
Misa de clausura
La celebración de la Eucaristía en la Catedral ha estado presidida por el Nuncio del Papa en España, Mons. Renzo Fratini, y concelebrada por el Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario del Valle; el Obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández; y el clero diocesano.
En su homilía, el Nuncio ha agradecido la invitación del Obispo de Córdoba «como signo de comunión con el Papa Francisco» y ha expresado su satisfacción por el doctorado de San Juan de Ávila como un gran don para la Iglesia.
Asimismo, haciendo referencia a la Palabra que se ha proclamado ha afirmado que para San Juan de Ávila se traduce en el «convencimiento de que jamás se debe desfallecer en la confianza del amor de Dios». También ha exhortado a los sacerdotes a «seguir el ejemplo del celo apostólico de San Juan de Ávila». Y ha continuado comentando otro de los aspectos importantes que deben aprender del Maestro: «que el deber de ser santo emana del cuerpo eucarístico y que la caridad del sacerdote se expresa en el ejercicio pastoral».