El sacerdote ha llegado esta semana a su nuevo destino, Picota. El viaje ha transcurrido sin ningún problema y a su llegada el recibimiento ha sido especial
Hace unos días manteníamos una conversación con Prados en la que nos confirmaba que había recibido la noticia de su traslado “con mucha alegría”. No es la primera vez que el joven sacerdote está en tierras peruanas, ya lo hizo anteriormente en una experiencia misionera cuando estaba en el Seminario.
Rafael nos comentaba que Picota es “una parroquia muy extensa” por lo que él espera poder servir de ayuda a Francisco Granados, que será el que “lleve el peso de ser cabeza en esa parcela de la Iglesia”.