Ha exclamado el Obispo en su alocución en la plaza del Triunfo, antes de impartir la bendición con el Santísimo Sacramento, en la solemnidad del Corpus Christi.
La solemnidad del Cuerpo y la Sangre del Señor se ha celebrado en la ciudad con una solemne eucaristía presidida por el Obispo de Córdoba, don Demetrio Fernández, y concelebrada por el Cabildo Catedral y el clero cordobés.
En su homilía, el pastor de la Diócesis ha recordado que en el sacramento de la eucaristía “está resumido todo el evangelio y todo el misterio de la redención” y que “en la eucaristía está presente Jesucristo vivo, de manera que somos contemporáneos a Cristo”. Asimismo, ha afirmado que “Jesucristo quiere ser protagonista de nuestra vida y de nuestra historia”, en este sentido, ha invitado a todos los presentes a que “nuestra fe creyente en Él, como discípulos suyos, haga que seamos coherentes en todos los aspectos de nuestra vida, no sólo en nuestra vida religiosa, también en nuestra vida pública”.
Además de numerosas autoridades civiles y los representantes de las hermandades y cofradías de la ciudad, también han estado presentes la Adoración Nocturna, los religiosos, consagrados y el seminario mayor y menor, junto con numerosos fieles que han ocupado las naves laterales del templo catedralicio.
Al finalizar la santa misa, ha salido en procesión la Custodia de Arfe por las calles del casco histórico de la ciudad, y pasando por los distintos altares preparados por las hermandades. “¡Quédate con nosotros, Señor!”, ha exclamado el Obispo en su alocución, al llegar al altar instalado en la plaza del Triunfo. Don Demetrio ha pedido al Señor por los más necesitados a los que en este día se tiene especialmente presentes por ser el Día de Cáritas. También ha pedido por las familias, por los seminaristas así como por los niños de Primera Comunión que han acompañado también al Santísimo.
