Los peregrinos cordobeses vivieron en la jornada del 26 de julio, una experiencia sobrecogedora con la visita al campo de concentración de Auschwitz-Birkenau. Por la tarde, participaron en la misa de apertura de la JMJ, presidida por el Cardenal Dziwisz.
Los peregrinos cordobeses partieron en la mañana del 26 de julio, desde la ciudad de Sucha hasta Auschwiitz para visitar el campo de concentración de Birkenau, donde el Obispo dirigió una oración por los 4 millones de personas que perdieron la vida a causa del exterminio nazi. Entre ellas, santos como San Maximiliano Kolbe, del que se conmemora el 75 aniversario de su martirio, y Santa Teresa Benedicta de la Cruz.
Por la tarde, participaron en la ceremonia de apertura de la Jornada Mundial de la Juventud, en el Parque Blonia. La santa misa fue presidida por el Arzobispo de Cracovia, el cardenal Stanisław Dziwisz que, durante muchos años, fue secretario personal de san Juan Pablo II.
En su homilía el Cardenal Dziwisz invitó a los peregrinos a reflexionar acerca de tres preguntas, ¿De dónde venimos”, ¿En qué momento estamos de nuestra vida?, y ¿Si vamos a ir con el Señor? Asimismo, les dijo que “experimentar la Iglesia universal es una gran experiencia asociada a la JMJ”. Y les exclamó: “La imagen de la Iglesia depende de nosotros, en nuestra fe y santidad. Depende de nosotros para asegurar que el Evangelio llegue a aquellos que todavía no han oído hablar de Cristo o no han aprendido lo suficiente sobre él”. Finalmente, les invitó a ser mensajeros y llevar “la buena noticia de Jesucristo al mundo”.