Del 22 al 27 de julio, un grupo de casi 100 jóvenes de las Comunidades Neocatecumenales de nuestra parroquia de San Francisco y San Eulogio y de la parroquia de San Antonio de Padua de Córdoba ha realizado la peregrinación que solemos hacer todos los años. Y es que el verano nos ofrece un tiempo favorable para ayudar a los jóvenes con este tipo de actividades que tanto fruto produce en sus vidas. También han asistido los catequistas, seminaristas de estas comunidades, el párroco y algunos presbíteros de estas comunidades.
La peregrinación comenzó en Toledo, donde hicimos la celebración penitencial que ha ayudado a disponerse mejor para el encuentro en estos días con el Señor.
En Ávila visitamos el Monasterio de la Encarnación para conocer la vida de Santa Teresa y su vocación y misión en la Reforma Católica fundando pequeños monasterios por toda España.
Posteriormente visitamos Fuentes de Carbonero, lugar vinculado a los comienzos del Camino Neocatecumenal.
Continuó en Burgos donde hicimos misión anunciando el Evangelio en una plaza céntrica.
En estos días ha habido también un tiempo para catequizar a los jóvenes.
También hemos visitado la importante Catedral de Burgos en este VIII centenario de su construcción.
Allí celebramos también la Eucaristía en la Solemnidad de Santiago, Apóstol
Después hemos visitado el castillo donde nació y se crió San Francisco Javier en Navarra: allí hemos conocido también quien fue San Ignacio de Loyola y la importante misión que realizaron los primeros jesuitas al servicio de la reforma católica y la evangelización del mundo.
La ocasión nos ha servido para explicarles la relación existente entre San Juan de Ávila, Santa Teresa y San Ignacio, es decir, todos los que Dios llamó en aquella época que preparó la reforma de la Iglesia que comenzaron ellos e impulsó el Concilio de Trento. Una época con grandes santos que su vitalidad espiritual dieron un importantísimo impulso misionero a la Iglesia.
En Tudela de Navarra hemos conocido mejor la vida de Carmen Hernández, iniciadora del Camino Neocatecumenal: allí visitamos la capilla de su magnífica Catedral donde ella solía rezar y donde descubrió su vocación misionera. También hemos podido profundizar en la misión que el Camino está teniendo para la puesta en práctica del Concilio Vaticano II. A estos jóvenes les ha tocado vivir un cambio de época y la puesta en marcha de las reformas del Concilio, como sucedió en época de Santa Teresa.
Finalmente, nos hemos encomendado a la Virgen del Pilar en Zaragoza.
Tiempo de convivencia, de encuentro consigo mismos y con el Señor. Esta nueva peregrinación ha sido un tiempo alegre de descanso alegre. La próxima será (D.m) para participar en la Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa en 2023.
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