La eucaristía matinal ha impulsado a los jóvenes a afrontar una jornada de concienciación sobre el cuidado de la naturaleza donde no han faltado paseos en bicicletas y gincanas
Los jóvenes cordobeses de la parroquia de Espinhel se han unido a un grupo de Francia con los que comparten momentos de oración, ocio y compromiso junto a los chicos portugueses con los que conviven en estos días en la Diócesis de Aveiro. El día comenzó con una misa presidida por el Obispo de la diócesis francesa de El Havre, Mons. Jean-Luc Brunin, y concelebrada por los sacerdotes de Espinhel y presbíteros cordobeses, entre ellos el párroco de Aguilar de al Frontera, Pablo Lora, que se ha referido a la oportunidad que representa participar en la JMJ y la necesidad de mantener el corazón abierto para valorar los testimonios de jóvenes que van encontrando.
Terminada la misa, los jóvenes han emprendido una caminata hasta Pateira y han puesto en práctica la enseñanza de la encíclica apostólica Laudato si¨ para juntos reflexionar sobre la necesidad de cuidar, proteger y hacer buen uso de los recursos de la madre Tierra y recoger residuos del entorno.
En Aguada da Cima, el día se inició con la misa celebrada en Gimnodesportivo-LAAC, un pabellón deportivo donde se han reunido los jóvenes. Durante la eucaristía, han sido llamados a contemplar el lenguaje de Dios que «quiere hablar al corazón del hombre con un lenguaje nuevo y universal», un diálogo al que el Señor los convoca porque «el amor de Dios es el lenguaje universal» y el regalo de JMJ Lisboa 2023 es entrar en lo profundo del Señor, conocerlo y dejarse amar por Él. Los jóvenes han compartido con los sacerdotes que esta JMJ servirá para ofrecerse al » proyecto que tiene para nosotros», un fruto de este encuentro por el que «Dios quiere transformar nuestra vida».
Desde Aguada de Cima han sido invitados a participar en la misa con diferentes cantos y con lecturas de la santa misa, informan Rafael Rebollar y Cristina Pozo.
En Ílhavo y Vista Alegre los oficios tradicionales de la zona han centrado la atención de los jóvenes que han comprobado la hospitalidad de las personas que los reciben y les han ofrecido la oportunidad de dejar sus mensajes inscritos en pequeñas manos de metal donde se han intercambiado palabras de esperanza y futuro entre jóvenes de la Iglesia. La celebración de la misa y la oración a María ha centrado esta segunda jornada que termina con una Vigilia de Oración.
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