En la festividad de la Sagrada Familia, celebrada el pasado 31 de enero, seis matrimonios celebraron sus Bodas de Oro en la Catedral y otros cinco sus Bodas de Plata.
La Catedral acogió el pasado 31 de enero la celebración de la festividad de la Sagrada Familia, con una eucaristía en la que distintos matrimonios de la Diócesis tuvieron la oportunidad de renovar sus promesas matrimoniales.
En su homilía, el Obispo de Córdoba comenzó hablando de la Sagrada Familia de Nazaret y afirmó que “una de las primeras realidades que ha vivido Jesús ha sido la familia, en la cual ha sido acogido, ha nacido, ha crecido y ha vivido la mayor parte de su vida en la tierra”. Destacó así que en el seno de esta familia es donde Jesús pasó la mayor parte de su vida: “Unos treinta años vivió en una vida doméstica y familiar” y “ese ambiente familiar Jesucristo lo ha santificado con su presencia”. (…) “Él ha entrado en este mundo en el seno de una familia, ha vivido en una familia, y ha constituido una gran familia, la Iglesia, la familia de los hijos de Dios”.
En total fueron seis matrimonios los que celebraron sus bodas de Oro y cinco las de Plata, acompañados de sus familias y amigos. A ellos el pastor de la Diócesis les dirigió estas palabras: “En las Bodas de Plata es muy bonito ver a los padres en el pleno vigor de la vida y de la adultez con los hijos como renuevos de olivo y que han ido creciendo y ya son jóvenes que van encontrando su camino en la vida. En las Bodas de Oro, es muy bonito ver a los padres ya mayores con sus hijos que a su vez han constituido nuevas familias y los nietos son la alegría de la casa”. Finalmente continuó incidiendo en que merece la pena apoyar y defender la familia tal y como Dios la ha creado.