Ayer se celebró en el Real Santuario de Aras de Lucena la tradicional ofrenda de frutos a María Santísima de Araceli.
Este año, el acto ha estado a cargo del alcalde, Juan Pérez Guerrero, quien depositó ante el altar, el trigo, el pan, las aceitunas, el aceite, las uvas y el vino, los frutos del trabajo agrícola de la comarca lucentina. El acto contó con la asistencia del hermano mayor de la Real Archicofradía Aracelitana, Antonio Crespillo Guardeño, y de los miembros de su Junta de Gobierno, entre otras autoridades.
Esta cita es una tradición, pero en esta ocasión, con motivo del 450 aniversario de la llegada de la imagen de la Virgen de Araceli desde Roma, el Papa concedió un Año Jubilar Aracelitano y el Obispo de la diócesis decretó el 7 de octubre, como fecha en la que los hermanos y devotos aracelitanos podrían lucrar las indulgencias plenarias, establecidas por la Santa Sede.