Carta del obispo de Córdoba, Mons. Demetrio Fernández con motivo del Congreso de Laicos 2020
En estos días, del 14 al 16 de febrero, se está celebrando el Congreso de Laicos a nivel de toda España en Madrid. Es una acción de la Conferencia Episcopal Española, que ha convocado a todas las Diócesis de España, Congregaciones, Movimientos, Comunidades, Asociaciones de laicos. Se trata de un gran acontecimiento eclesial, una llamada del Espíritu a la Iglesia en España, llamando a los laicos a tomar conciencia de su identidad cristiana y misionera. Participan todos los obispos españoles, en plena comunión con el Sucesor de Pedro, el Papa Francisco, y en plena conciencia de servir a nuestro Pueblo, la Iglesia santa de Dios que camina en nuestras tierras de España.
Este acontecimiento ha tenido una fase previa en todos los participantes y en todas las diócesis. Nuestra diócesis de Córdoba celebró el Encuentro Diocesano de Laicos (7 octubre 2017) como un momento fuerte de gracia, una experiencia del Espíritu Santo, que nos congregó a todos para palpar la potencia de Dios, reforzar nuestra identidad cristiana y renovar el impulso misionero a evangelizar a nuestros contemporáneos. Temas de estudio y formación en la mañana, llena de testimonios en una Iglesia viva que busca servir al hombre de hoy. Una procesión en torno a Jesucristo Eucaristía, donde se concentraron las distintas Cofradías de la diócesis, y una concelebración eucarística con la protección de la Virgen de la Fuensanta y san Rafael. Rematamos con un concierto testimonio, que sirvió para expresar la alegría de la fe vivida.
En el Congreso de Laicos en Madrid se trata ahora de vivir una experiencia semejante a nivel de toda España. Y la primera constatación es que la Iglesia está viva en España, aunque desde muchos frentes quieran ocultarlo o a pesar de nuestros fallos y pecados. Somos un Pueblo de Dios fortalecido por la presencia del Espíritu en medio de nosotros, que nos va configurando con Cristo nuestro Señor y nos envía constantemente al anuncio del Evangelio a nuestros contemporáneos de cerca o de lejos. El Congreso de Laicos cumplirá su primer objetivo al ser celebrado. Dos mil personas seleccionadas como representantes de los millones de fieles laicos que viven en torno a nuestras parroquias, a nuestras comunidades cristianas, a los distintos carismas, a todas las realidades vivas de Iglesia.
En este Congreso se nos invita a reflexionar para conocer la vida real en la que estamos inmersos, descubrir los retos y esperanzas que el momento presente nos plantea, y salir al encuentro de nuestros contemporáneos para ir fraguando el Reino de Dios en el tejido social que entre todos hemos de construir. Se apunta a una mayor conciencia de la identidad de los laicos, como fieles cristianos de primera fila en esta obra evangelizadora, de manera que se sientan protagonistas en la vida de la Iglesia y en su presencia social. Identificados con Cristo por el bautismo y demás sacramentos, los laicos viven en el mundo –en la familia, en el trabajo, en la cultura, en la vida pública- y es ahí donde se santifican y santifican sus ambientes.
La sensibilidad ante los pobres de la tierra, que también viven a nuestro lado, nos empuja a compartir nuestro tiempo, nuestras cualidades y nuestros recursos en una solidaridad que brota del amor cristiano y que no se detiene hasta dar la vida por los demás. La presencia eficaz de la Iglesia en este campo es algo notable que hasta los más adversarios reconocen. No hacemos más que lo que nuestro Maestro y Señor nos ha enseñado, y siempre nos quedamos cortos. Esta es la cara más amable de la Iglesia y hemos de mostrarla al mundo para que glorifiquen a nuestro Padre del cielo.
Pero es necesario formarse, conocer el Evangelio vivido y reflexionado, que empape todas las fibras de nuestro ser y de nuestra sociedad, para entablar un diálogo constructivo con todas las personas y grupos de nuestra sociedad. La Iglesia es una casa abierta, como el corazón de Dios, como el corazón de Cristo, que quiere repartir a todos el bálsamo del amor, de la acogida, del perdón, proclamando la verdad de Dios y la verdad del hombre para salvarnos de nuestras esclavitudes.
Congreso de Laicos en España, momento de paso de Dios por nuestras vidas. Sentiremos todos su aliento, que nos envía al mundo de hoy. Acompañemos este acontecimiento con nuestra oración y nuestro interés.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández
Obispo de Córdoba