“Mira a la Estrella, invoca a María”

GUADALUPE 2024

“Mira a la Estrella, invoca a María”, está tomado de una preciosa oración de san
Bernardo a la Virgen María. Él fue un joven intrépido, creativo, renovador, con un amor
tierno a la Virgen María, como expresa en esta oración. Y la Dele la ha tomado como
lema de su XXIX Peregrinación Diocesana de jóvenes a Guadalupe 2024. Dice así san
Bernardo:
"Si se levantan los vientos de las tentaciones, si tropiezas en los escollos de las
tribulaciones, mira a la Estrella, llama a María. /"Si eres agitado por las ondas de la
soberbia, si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, mira a la Estrella,
llama a María. /"Si la ira, o la avaricia, o la impureza impelen violentamente la navecilla
de tu alma, mira a María.

En los peligros, en las angustias, en las dudas, piensa en María, invoca a María. / No se
aparte María de tu boca, no se aparte de tu corazón; y para conseguir los sufragios de su
intercesión, no te desvíes de los ejemplos de su virtud”.
La peregrinación de jóvenes a Guadalupe cumple este año su XXIX (29ª) edición, y una
vez más se encuentra desbordada por la cantidad de inscripciones, que hay que limitar
porque no cabemos tantos en Guadalupe. Habrá probablemente otros momentos a lo
largo del año para retomar esta devoción a María nuestra madre del cielo y promover
otras iniciativas añadidas. Pero es muy importante que entre los jóvenes católicos cunda
esta devoción, esta necesidad de vivir la vida cristiana de la mano de María nuestra
madre bendita. Si uno se encuentra con María de verdad en su juventud, tiene mucho
ganado para toda su vida, porque ella, además de Madre, es ejemplo de todas las
virtudes, y comprende mejor que nadie nuestras debilidades. Necesitamos ternura en
nuestra vida, y ella nos la da abundantemente.
Cuando los jóvenes de nuestra diócesis se apuntan a Guadalupe van buscando también
vivir una experiencia de Iglesia joven, compuesta por jóvenes, gestionada por jóvenes.
Son buenos cimientos para el presente y para el futuro. El ambiente de nuestra sociedad
a veces no favorece, te ofrece placeres efímeros, te invita constantemente al consumo
para dejarte con resaca. Un joven quiere referencias seguras y firmes en su vida para
construir sobre piedra de manera duradera. Guadalupe es una parábola de la vida
misma. Es el pueblo de Dios caminante, que desafía las dificultades del clima y de los
caminos, para llegar a la meta, que es María. Ella nos muestra a Jesús, el fruto bendito
de su vientre, para decirnos: “Haced lo que él os diga”.
Para muchos jóvenes es la primera experiencia de Iglesia en su vida juvenil. Y qué a
gusto se está en la Iglesia comunidad, en la que tienes a tu alcance catequistas que te
van formando la mente y el corazón, sacerdotes que te escuchan y ponen a tu alcance el
perdón de Dios, que tanto necesitamos para sanar heridas sangrantes del alma, grupo de
amigos con las mismas ilusiones y dificultades que tú. Y sobre todo, la Eucaristía de
cada día. Jesús vivo, que te quiere vivo, y te envía a ser testigo de su nueva vida en el
mundo de hoy. Es el domingo del DOMUND, tú también eres misionero.

En la peregrinación de este año, san Pelagio ocupa un puesto especial. Él es un
jovencito que fue martirizado en Córdoba hace 1.100 años (en 925), porque no consintió
a los halagos del emir Abderramán III, que le ofrecía todos los regalos del mundo a
cambio de pecar contra la castidad. Una virtud por la que merece dar la vida entera. Una
virtud que no está de moda –no lo ha estado nunca- pero que es tan vital para una
juventud sana. En el lugar exacto de su martirio se levanta hoy el Seminario Mayor San
Pelagio. Acudimos a su intercesión.
Guadalupe 2024 traiga bendiciones abundantes sobre nuestros jóvenes. Oramos por
ellos en estos días.
Recibid mi afecto y mi bendición:

+ Demetrio Fernández, obispo de Córdoba

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