Volver a casa, encontrarlo todo dispuesto y encontrarse con un corazón que te acoge. Esa es la sensación de volver a comenzar en estos días primeros de septiembre, cuando lo hacemos en la preparación a la fiesta de la Natividad de María Santísima. En la ciudad de Córdoba, la Virgen de la Fuensanta. En Cabra, la Virgen de la Sierra. En tantos pueblos, la fiesta principal de la Virgen. Comenzar el curso con esta presencia maternal es volver a casa y encontrarse con un corazón maternal que nos acoge. Así es más fácil todo, porque tenemos una madre que nos acompaña siempre, y especialmente en estos primeros días del año pastoral.
El Papa Francisco nos convoca a una jornada de oración y ayuno este sábado 7 de septiembre, víspera de la natividad de María, reina de la paz. Nos unimos a él y a toda la Iglesia, con todos los hombres de buena voluntad. «¡Nunca más la guerra! La paz es un don demasiado precioso que debe ser tutelado». En la Santa Iglesia Catedral y en todas las iglesias y oratorios de la diócesis nos unimos a esta intención, con la certeza de ser escuchados. Que cese la guerra en Siria, que cese la guerra en Centroáfrica, que cese la violencia en Egipto y en todos los lugares de la tierra. «La guerra suscita guerra; la violencia suscita violencia». Trabajemos todos por la paz en nuestro entorno y pidamos a Dios el don de la paz para el mundo.
Nos encontramos todavía en el Año de la fe con san Juan de Ávila, doctor de la Iglesia. Han sido miles y miles los peregrinos que han llegado a Montilla a lo largo del pasado curso, y continúan viniendo al sepulcro del Santo Doctor, Maestro de Santos. Montilla se ha convertido en un lugar santo, en un lugar de peregrinación, para dejarse iluminar por este Maestro de santidad, que nos habla del amor divino, de la llamada a la santidad para todos, de la belleza del sacerdocio ministerial y de la urgencia de una nueva evangelización. Un santo que sabe de cambio de época y que quiere situarnos en los quicios fundamentales de la vida, para no perdernos. En octubre clausuramos el Año jubilar avilista y en noviembre el Año de la fe.
Un curso en el que tendremos especialmente presente al obispo Osio de Córdoba, confesor de la fe. El congreso El siglo de Osio de Córdoba, que se celebra en Córdoba los días 28 al 31 de octubre de 2013, reunirá los mejores especialistas del mundo sobre esta eminente figura cordobesa, que lleva el nombre de Córdoba por todo el mundo desde los albores del siglo IV. ¿Podremos venerarlo como santo en los altares? La Santa Sede dirá. En la Iglesia oriental ha sido considerado santo desde siempre.
Un curso que se presenta lleno de proyectos y de esperanzas, como la renovación de la Delegación diocesana de apostolado seglar, que contribuya a una mayor vitalización de laicado en nuestra diócesis y a un nuevo impulso de la Acción Católica General, consolidando el Consejo Diocesano de Laicos y su participación en el Consejo Diocesano de Pastoral, con la consiguiente puesta en marcha de los Consejos Parroquiales de Pastoral, que incluyen el Consejo parroquial de economía. Los laicos ocupan un lugar muy importante en la vida de la Iglesia, y en nuestra diócesis de Córdoba son muy numerosos en las parroquias, en los nuevos movimientos, en las comunidades, en las cofradías y hermandades, en los distintos carismas de las familias religiosas, en el campo de la familia, la escuela, el trabajo, la vida pública. Es urgente articular la comunión entre todos los laicos, con sus pastores y los consagrados, para afrontar más eficazmente la nueva evangelización, donde los laicos son presencia de la Iglesia en el mundo, sal de la tierra y luz del mundo.
Un curso en el que, celebrando el 50 aniversario del Concilio Vaticano II, nos fijamos en la constitución Lumen gentium, para releerla y aplicarla a nuestra vida eclesial, en la diócesis, en la parroquia, en la vida de cada comunidad y de cada persona. Un curso en el que repasamos la segunda parte del Catecismo de la Iglesia Católica, dedicada a los Sacramentos, a cada uno de ellos, y nos fijamos en su repercusión pastoral en la vida de nuestras comunidades.
Un curso en el que el Obispo continúa el cuarto año de Visita pastoral a la diócesis, en los arciprestazgos de Aguilar/Puente Genil, Noroeste (ciudad) e Hinojosa del Duque, al tiempo que recibe cada domingo en la Catedral la devolución de visita de distintos arciprestazgos.
Empecemos el curso con la presencia amorosa de la madre, la Virgen María. Ella nos irá conduciendo a lo largo del año hasta su Hijo Jesús y hasta sus hijos los hombres, especialmente hasta los más necesitados.
Recibid mi afecto y mi bendición:
+ Demetrio Fernández González, obispo de Córdoba