Saludo de Mons. Demetrio Fernández, Obispo de Córdoba y administrador apostólico de Tarazona, en la elección de Mons. Eusebio Hernández Sola, como Obispo de Tarazona.
Queridos hermanos todos, fieles de la diócesis de Tarazona, Colegio de Consultores, presbiterio diocesano, vida consagrada y fieles laicos: Nuestro Santo Padre el Papa Benecito XVI ha tenido a bien nombrar Obispo de Tarazona a Mons. Eusebio Hernández Sola, agustino recoleto. La diócesis de Tarazona está vacante desde el pasado 20 de marzo de 2010 en que tomé posesión de la sede de Córdoba, a la que fui trasladado el 18 de febrero, después de servir a esta diócesis de Tarazona durante cinco preciosos años.
Demos gracias a Dios. Todas las campanas de la diócesis tocan a gloria anunciando a los fieles que ya tenemos obispo propio en Tarazona. Se trata de un acto directo de la jurisdicción del Papa sobre la diócesis de Tarazona. Sólo al Papa corresponde nombrar obispo para una diócesis, y hoy realiza este acto con nuestra diócesis de Tarazona. Demos gracias a Dios, y demos gracias al Santo Padre, que nos honra de esta manera, dando un buen pastor a la Iglesia en la persona de Mons. Eusebio Hernández.
Conoceréis inmediatamente el curriculum de Mons. Eusebio. Es un hombre de profunda espiritualidad, formado en la escuela de san Agustín, que ha servido a la Iglesia sobre todo desde la Curia Romana más de 35 años. Conoce, por tanto, el servicio a la Santa Sede desde la Congregación para la Vida Consagrada y ha viajado por todo el mundo en charlas, reuniones y conferencias a los religiosos de muchos países.
Lo recibimos como al que viene en el nombre del Señor, como sucesor de los Apóstoles que presidirá dentro de pocas semanas la Iglesia que camina en Tarazona. Bienvenido, Padre Eusebio, a esta casa, tu casa a partir de ahora. Los turiasonenses y los bilbilitanos, los borjanos y los del Alto y Bajo Jalón, son gente noble y te reciben con los brazos abiertos como a su obispo propio. Enseguida comprobarás cómo te van a querer con nobleza baturra, con la intensidad con que saben amar los aragoneses. Yo lo he comprobado.
Llegas a una diócesis rural y pequeña, sencilla y humilde como María de Nazaret, cargada de historia y de santidad. Una diócesis en la que Dios cumple su palabra y realiza continuamente las grandes obras de su gracia. Una diócesis que te robará el corazón cuando compruebes cómo quieren a su obispo.
Que el Señor te conceda disfrutar en este nuevo servicio a la Iglesia. Al recorrer los pueblos y ciudades de esta querida diócesis encontrarás mucha gente que tiene una fe firme, encontrarás unos curas que saben colaborar con el obispo y multiplican sus presencias llevando el peso del día y el calor de la jornada atendiendo varias parroquias, ‐unos curas muy trabajadores‐, encontrarás la presencia viva y eficaz de la vida consagrada en tareas de parroquias, de colegios, de beneficencia, encontrarás laicos que hacen presente a la Iglesia en el mundo con responsabilidad y compromiso, encontrarás un rico patrimonio cultural fruto de la fe de nuestros antepasados y que es inmenso hasta el día de hoy. Que Dios te conceda poder alimentar la fe de los sencillos, cultivar la vida cristiana de tantas gentes, acompañar con tu testimonio a un pueblo creyente.
+ Demetrio Fernández
Obispo de Córdoba