El Obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández González, ha presidido hoy la Eucaristía en la Catedral con motivo de la Solemnidad de la asunción de la Virgen María y ha agradecido a Cabildo e instituciones su labor frente al incendio
El Obispo de Córdoba, monseñor Jesús Fernández González, ha presidido hoy la Eucaristía en la Catedral con motivo de la Solemnidad de la asunción de la Virgen María. La celebración ha sido la primera del prelado tras el incendio del pasado día 8 de agosto y antes de impartir la bendición, se ha dirigido a instituciones, servicios de seguridad municipales y Cabildo Catedral para mostrar su agradecimiento por la gestión del incendio así como a los muchos particulares que han ofrecido su apoyo y su oración de manera anónima.
“Hoy la noticia está en el cielo”, ha expresado el Obispo este 15 de agosto, pero hace una semana la Catedral era noticia por un incendio que se resolvió gracias a la participación y el apoyo de instituciones y servicios de seguridad por lo que ha querido expresar su agradecimiento a “Dios, a la Virgen y a San Rafael” y reconocer la actuación del Cabildo Catedral y de su Deán Presidente, Joaquín Alberto Nieva, “que desde el principio se puso al frente de la situación”.
Sus palabras de agradecimiento se extienden a los “servicios de seguridad y mantenimiento de la Catedral cuyo ritmo en los trabajos de recuperación “causa admiración”, a la Unesco en la valoración de estos trabajos. “Felicitamos y a damos las gracias a Cabildo y personas que trabajan en esta Iglesia Catedral”, ha continuado el Obispo para subrayar su gratitud al Ayuntamiento de Córdoba, la Delegación Territorial de Cultura de la Junta y su Consejería; la Diputación de Córdoba y al Ministerio de Cultura. Asimismo, monseñor Jesús Fernández ha agradecido a la Secretaría de Estado del Vaticano su interés tras haber sido informada en tiempo y forma desde el día del incendio.
María, modelo de humildad, servicio y fe
En el corazón del verano, la solemnidad de la Asunción a los cielos de la Virgen María está dedicada en toda España a celebrar “con gozo el triunfo de María” del que todo participamos por la esperanza. Así ha comenzado la homilía del Obispo de Córdoba en la Catedral de Córdoba dedicada a nuestra Señora de la Asunción. El sueño del Papa Francisco al convocar el Jubileo en este 2025 parece utópico ante los conflictos bélicos, la desigualdad y exclusión, ha argumentado el Obispo, que vincula la tentación del individualismo, que “se abre paso sin control para que y arriesguemos lo menos posible” con la indiferencia que concita a permanecer parapetados “en nuestros problemas antes de jugarse la vida por los demás”.
Ante la perspectiva de este horizonte “ha brillado la luz” y la Virgen llena de gloria nos abre otra ventana a la Esperanza porque una mujer de “nuestra raza” goza de una vida nueva en Jesucristo, que ha vencido el mal. Así, “la humanidad no está perdida y se convierte en la hija bella de la que el Señor está prendado”, ha expresado el prelado .
En el día en que la Iglesia celebra la Asunción de la Virgen, madre de Jesús, llevada al cielo en cuerpo y alma al final de su vida terrenal, a través de la lectura del Santo Evangelio según San Lucas, el Obispo ha ensalzado a la Virgen María como “Madre y modelo de la Iglesia y de Nosotros” plena de humildad y dispuesta a hacer la Voluntad de Dios en todo momento y lugar frente a la “frente a la tentación de aparentar para seducir” o cualquier otra forma de “empoderamiento” como revela su modelo humildad y docilidad.
En su alocución el prelado ha destacado la voluntad de servicio de la Madre de Dios cunado tenía razones para volcarse en sí misma al conocer por el arcángel Gabriel el anuncio de su maternidad y, sin embargo, se puso en camino deprisa y saludó a Isabel, que esperaba un hijo en un entorno de precariedad. Conocedora de su estado se fue a servirla “deprisa, no arrastrando los pies”, aunque seguro que fue tentada de quedarse cómodamente en su casa sin problema, ha matizado el Obispo, que subrayó la actitud “en salida” de la Virgen. En este sentido, el Obispo, ha considerado que “así debe ser la Iglesia”, que debe acudir a atender las muchas formas de pobreza presentes en “puertas y portales de al lado” y no sólo en barrios o lugares marcados por la exclusión.
En su exposición de la Palabra de Dios, monseñor Jesús Fernández ha resaltado la fe de la Virgen descrita por su prima Isabel como mujer dichosa, “dichosa tú que has creído”, porque estaba atenta y acogió la llamada, alabando a Dios por sus obras grandes, porque su misericordia se desbordaba ante Ella de generación en generación.
María es para la Iglesia modelo de apóstol, que sacó de la postración a los discípulos y Ella misma “llevó la alegría del Evangelio”, ha finalizado el Obispo antes de pedir a sacerdotes, religiosos y laicos unirse a su oración para que “nosotros ya desde este mundo tengamos nuestro ser orientado hacia el cielo con humildad, disponibilidad, servicio, fe, oración y apostolado para que podamos participar de su misma gloria”
La Eucaristía ha estado concelebrada por el Deán Presidente del Cabildo Catedral y miembros capitulares, junto a seminaristas del Seminario San Pelagio de Córdoba. Los cantos han sido interpretados por la Orquesta y Coro de la Catedral.
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