Numerosos fieles, hermanas de la Cruz y religiosas asistieron a la ceremonia que tuvo lugar ayer en la parroquia de San Miguel, y que estuvo solemnizada por el coro del Seminario.
D. Demetrio Fernández presidió la Eucaristía de Acción de Gracias por la Beatificación de María de la Purísima de la Cruz, que tuvo lugar el pasado 18 de septiembre en Sevilla.
La ceremonia estuvo concelebrada por el Vicario General, Fernando Cruz Conde, formadores del Seminario, religiosos y sacerdotes diocesanos. Durante la homilía, el Sr. Obispo destacó que la Madre María de la Purísima siguió a Jesucristo “en un desposorio profundo de amor, de parecerse a Él en todo y de vivir como vivió Él”. Asimismo, manifestó que en la compañía de las Hermanas de la Cruz siguió a Jesucristo haciéndose pobre, humilde, virgen y obediente como Jesucristo, “es decir, entregada como Jesucristo a la gloria de Dios Padre y al bien de los demás”. De entre todas las virtudes de María de la Purísima, el Sr. Obispo subrayó la humildad: “Nunca se creyó nada, más bien buscaba el último puesto”.
Antes de finalizar, señaló que la santidad debe ser nuestra única vocación en la vida, “todo lo demás en tanto en cuanto nos conduzca por este camino”.