“Mi sacerdocio ha estado marcado y configurado por lo que Cursillos me ha dado”

Diócesis de Córdoba
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La diócesis de Córdoba comprende la provincia de Córdoba, en la comunidad autónoma de Andalucía y es sufragánea de la archidiócesis de Sevilla.

Continuamos la sección “Conoce a tu cura” con una entrevista al sacerdote Manuel María Hinojosa, actual delegado diocesano de Liturgia, de Cáritas y canónigo, entre otros cargos.

P: ¿Qué le llevó al sacerdocio?

R: Puede parecer extraño, pero mi vocación sacerdotal es fruto de la oración de mi madre y de mi hermana cuando mi madre se quedó embarazada de mí. Mi hermana mayor, religiosa, le dijo a mi madre que pidieran a la Virgen que si era un niño fuera sacerdote. Y tras cuatro niñas, llegó el niño y el sacerdote.

P: Y, ¿cómo conoció a Jesucristo?

R: Desde mi infancia. Mi familia me transmitió la fe en Jesucristo y la devoción a la Virgen. Además, también influyó mi formación que fue en el colegio de las religiosas de mi pueblo, en Salesianos de Córdoba y en el Seminario.

P: ¿Cómo describiría su vida sacerdotal?

R: Es una historia de misericordia y bendiciones del Señor. Desde mi ordenación hasta hoy ha sido una historia de gozo, alegría y satisfacciones, así como de experimentar toda la misericordia de Dios en mi vida.

P: ¿Cuáles han sido los retos más simbólicos que ha enfrentado como sacerdote?

R: Toda mi vida ha sido un reto, pero fundamentalmente uno de los grandes retos que he vivido ha sido hacer posible que la fe en las personas fuera un don de Dios y a través de Cursillos de Cristiandad encontré el modo de poderlo hacer.

P: ¿Qué experiencias como sacerdote le han dejado más impactado?

R: Constatar la gracia de Dios en grandes conversiones de hombres y mujeres que en un Cursillo han encontrado sentido a su vida tras encontrar a Dios. También, otra de las cosas que me han impactado es el contacto con tantas personas que viven en la pobreza, sufren y están necesitadas de calor y de ayuda.

P: ¿Cuál considera que es la tarea más difícil para un sacerdote?

R: En concreto para mí, la tarea más difícil ha sido poder despertar y ofrecer la esperanza en el sacramento de la penitencia.

P: ¿Y la más fácil?

R: Celebrar la eucaristía cada día.

P: Es usted canónigo de la Santa Iglesia Catedral y responsable de culto de este templo, ¿qué supone este cargo para usted?

R: Primero agradecimiento a los obispos que me nombraron, don Javier Martínez y don Juan José Asenjo. La responsabilidad de que las celebraciones litúrgicas en la Catedral puedan ser una referencia para que las celebraciones sean un encuentro con el Señor y de gracia.

P: Además, está al frente de Cáritas diocesana desde hace catorce años. ¿Cómo es la caridad y el lado solidario de los cordobeses?

R: Durante estos años puedo decir que ha sido uno de los grandes destinos que el Señor me ha podido conceder, porque me hace vivir esta última etapa de mi vida en contacto, no sólo con la pobreza, sino con las personas que sufren. Por otra parte, me siento feliz de ver todas las iniciativas que Cáritas ofrece para erradicar este mundo de la pobreza y la marginación; así como de la solidaridad, la ayuda y el interés de la sociedad por colaborar con la labor social de Cáritas.

P: Hemos tenido recientemente los premios “Entidades con corazón”. ¿Podemos decir que son cada vez más las empresas comprometidas con Cáritas?

R: Gracias a Dios se va despertando la inquietud solidaria de las empresas de Córdoba con Cáritas. Es de agradecer que las empresas proyecten esta labor social.

P: Personalmente, ¿qué le ha aportado estar tantos años en Cáritas?

R: Un conocimiento de esta realidad y constatar la ilusión, alegría y esperanza que la Iglesia ofrece a través de Cáritas a las que personas más necesitadas. La Iglesia es un corazón que ama y Cáritas es la expresión concreta de ese corazón.

P: Y por último, está vinculado al movimiento de Cursillos de Cristiandad siendo asesor del Secretariado. Don Manuel, ¿en qué consiste brevemente hacer un cursillo de cristiandad?

R: Hacer un Cursillo es una oportunidad única e irrepetible en la vida de una persona para tener un momento de encuentro con el Señor, de ordenar su vida y de abrirse a la gracia y misericordia de Dios. Para mí ha sido toda mi vida. Mi sacerdocio ha estado marcado y configurado por lo que Cursillos me ha dado.

P: ¿Es posible que una persona sin fe termine recuperándola después de un Cursillo?

R: Mi experiencia es que una persona que va a un Cursillo buscando, encuentra porque el Señor siempre sale a nuestro encuentro.

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