Casi 500 jóvenes de la diócesis de Córdoba se han desplazado hasta la ciudad del apóstol Santiago, patrono de España, el “amigo del Señor”, para participar en la Peregrinación y Encuentro de Jóvenes (PEJ2010) de toda España y algunos procedentes de Portugal e Italia, con motivo de Año Santo.
Se da la circunstancia de que por primera vez casi todas las diócesis de Andalucía han programado juntas esta peregrinación, que ha reunido a 2.000 jóvenes andaluces. En dos columnas sucesivas de 1.000 y 1.000 han hecho a pie el camino portugués, comenzando en Tuy, y en seis fatigosas jornadas han recorrido caminos y montes hasta llegar al sepulcro del Apóstol y alcanzar la indulgencia plenaria.
En un clima de sana convivencia y fraternidad, con la oración al comienzo del día y al acabar la jornada, con catequesis y reuniones de grupo, los jóvenes han podido encontrarse con Jesucristo en el camino, como los discípulos de Emaús, acercándose uno tras otro al sacramento de la penitencia y participando en la Eucaristía cada tarde al acabar la jornada. Junto a ellos, un grupo numeroso de sacerdotes y algunos obispos han hecho el mismo camino. Realmente, una experiencia de Iglesia, y de Iglesia joven que mira al futuro con esperanza.
-“He visto y he experimentado una Iglesia viva, capaz de responder a los interrogantes de los jóvenes de hoy, impulsora de una esperanza que nadie más puede dar, la esperanza del Evangelio de Jesús”, comentaba un joven universitario que se ha enganchado a la peregrinación invitado por su novia.
-“De cuatro a seis horas de camino cada día dan mucho de sí para hablar uno a uno con muchos. Un joven que pide el perdón de Dios, una chica que plantea cuestiones que nadie le ha resuelto, temas de fe y de la vida ordinaria, que en otros contextos no hay ocasión de abordar”, comenta un sacerdote joven que han palpado la acción de Dios estos días en el corazón de muchos.
Uno de los temas que más interesan en las reuniones de grupo es el de la propia vocación. Dios que quiere mi felicidad, ¿qué quiere de mí? En ocasiones como ésta, algunos han comenzado su noviazgo cristiano. Otros han descubierto su vocación al sacerdocio o a la vida consagrada. Las veladas y los encuentros sirven para poner en común diversos testimonios.
Una pandilla de amigos, un grupo parroquial, amigos de la universidad se han animado unos a otros, siendo los jóvenes animadores de sus propios contemporáneos en este camino de fe. Atrás quedan anécdotas, durezas del camino, nuevas amistades. “La Iglesia está viva, la Iglesia es joven, la Iglesia lleva en su seno el futuro de la humanidad”. Estas palabras de Benedicto XVI se han visto cumplidas estos días en Santiago de Compostela. En el horizonte, la Jornada Mundial de la Juventud Madrid 2011, dentro de un año. Una cita para encender en el corazón de muchos jóvenes la llama del amor cristiano, que ha transformado la historia de todas las generaciones.