Monseñor Demetrio Fernández presidió en la Catedral la misa de inicio del curso de la Delegación Diocesana de Enseñanza
La Delegación Diocesana de Enseñanza inauguró el curso 2024-2025 con una eucaristía en la Santa Iglesia Catedral, presidida por monseñor Demetrio Fernández, la tarde del jueves, 26 de septiembre. Un importante grupo de profesores se dio cita en el templo principal de la Diócesis para poner sus intenciones para este curso ante el Señor. El Obispo comenzó su homilía pidiendo a Dios que “encauce las buenas energías en el año que comienza y que sea abundante en frutos”. La tarea educativa es una tarea propia de la Iglesia, ha nacido para eso, como Madre y Maestra para enseñarnos, recordó el prelado. La tarea educativa nunca ha sido fácil, ahora tampoco, porque tiene “el lubrificante del amor”. Es el amor el que hace superar las dificultades, apuntó. Hay un cambio de época y donde primero se refleja es en la tarea educativa, desde el punto de vista pedagógico y de los contenidos y formatos. Todo cambia para hacer la tarea lo mejor posible, la Iglesia os encomienda esta misión en la escuela concertada y en la pública, añadió.
Continuó su alocución puntualizando que vale la pena mirar a Jesucristo, que ilumina el misterio del hombre y la tarea docente. “Él es el divino maestro, tiene paciencia y pedagogía y va de lo menos a lo más, de lo conocido a lo desconocido y va sacando de los discípulos lo mejor de cada uno”. También vale la pena acudir a Jesucristo para pedirle la gracia que se desea alcanzar, aconsejó monseñor Demetrio Fernández. Jesús se ha puesto a nuestra altura para servir con amor y eso debe ser un punto de referencia. Lo más valioso de Jesús es que ha entregado su vida entera para capacitarnos “para la misión que nos encomiende”. Mirar a Jesucristo y su estilo es un referente y le pedimos “que su sangre nos redima de nuestras culpas y nos de la gracia para poder ser testigos en nuestra propia vida y vosotros en las aulas”.
En la escuela católica se pide que los docentes sean ejemplo de vida cristiana para sus alumnos, continuó. Hay que poner la vida entera “al servicio de la tarea educativa porque al alumno lo que le va a quedar es vuestro testimonio de fe”. No os conforméis con el programa, estáis llamados a suscitar santidad en vuestro entorno. Los docentes de la pública tenéis la preciosa tarea de hacer presente a Jesucristo en los centros.
Hay un sector de la sociedad que piensa que la religión no tiene que estar en la escuela, quisieran veros borrados del mapa. En mi Visita Pastoral, aclaró monseñor Demetrio Fernández, hago hincapié en que “la presencia de la religión en la escuela es un derecho constitucional”. Los alumnos tienen derecho a la clase de religión si sus padres la eligen libremente. Hay que respetar todos los derechos de los niños y de los jóvenes. Los profesores de la pública vivís en la pluralidad de opiniones y actitudes y tenéis que convivir con actitudes adversas y hostiles a la religión. En ese contexto os vais ganado el aprecio de los compañeros. Estamos en un estado aconfesional pero no antirreligioso. Aconfesional quiere decir que el Estado no tiene religión propia pero respeta todas y favorece la católica para quien lo pida.
Terminó el Obispo su alocución destacando que la Iglesia en la Diócesis está presente en el campo de la enseñanza a través de vosotros. Es una presencia muy significativa y os animo a continuar con vuestra tarea.
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