Monseñor Demetrio Fernández presidió la eucaristía de inicio de curso y entregó la Missio a los profesores de Religión
El Obispo presidió la tarde del jueves, 28 de septiembre, la eucaristía de la inauguración del curso y la entrega de la Missio canónica al profesorado de Religión en la Santa Iglesia Catedral. Pablo Vioque, nuevo Delegado de Educación de la Diócesis, destacó que “la misión que recibimos es fruto de la respuesta a una llamada que Dios nos ha hecho”. Al inicio de la celebración Pablo recordó a los profesores que el Señor “nos envía a dar testimonio con nuestra vida siendo colaboradores con las familias en su tarea de transmisión de la fe a sus hijos, nuestros alumnos”.
Un nutrido grupo de profesores de la asignatura de Religión en la escuela pública y concertada se dio cita en la Santa Iglesia Catedral en esta cita anual con monseñor Demetrio Fernández. El prelado en su homilía recordó que los educadores católicos tienen la tarea “de transmitir la fe cristiana a través de sus clases”. Los profesores tienen que forjar en el corazón de los alumnos “una vida cristiana”. Continuó el Obispo su alocución destacando que “el amor que pongamos en las cosas que hacemos es lo que va a permanecer en nuestras vidas incluso en momentos de dificultad”. La actitud de superarse cada día despierta en los profesores recursos nuevos, por el contrario, como puntualizó el pastor de la Diócesis, en caso de vivir situaciones idílicas, “el profesor se relajaría”.
Las dificultades institucionales, legales, de convivencia y de los alumnos son las que estimulan a los educadores a ser mejores, a preparar mejor sus clases e ir ante el Señor “para pedirle gracia, virtud y fuerza para que su vida sea transparencia de Cristo”, añadió. La tarea educativa es construir “un templo en el corazón de cada alumno en el que Dios se sienta a gusto”. En muchos casos esos corazones estarán heridos, destacó el Obispo, y animó a los profesores a propiciar un encuentro real con Jesucristo en el que “construiremos una persona nueva cuando conozca al amigo más importante de sus vidas”.
Terminada la eucaristía los profesores disfrutaron de una jornada de convivencia en el Palacio Episcopal con monseñor Demetrio Fernández.
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