Durante todo el fin de semana numerosos fieles han podido rezar ante el Simpecado y participar en las celebraciones de la Hermandad. En la noche del viernes, 14 de diciembre, la Hermandad del Rocío de Córdoba inició las jornadas de misión con el Simpecado y celebró un rosario vespertino por las calles de la feligresía de la parroquia de San Antonio de Padua hasta llegar a la Cruz Blanca. Fueron acogidos en la parroquia por la Hermandad de la Merced y por el párroco, Francisco Javier Moreno.
Ya el sábado por la tarde, compartieron momentos de oración con la exposición del Santísimo y posterior Eucaristía presidida por el Capellán del Camino de la Hermandad del Rocío, Tomás Pajuelo, quien compartió en su homilía la alegría que siente un rociero cuando se pone en camino hacia las plantas de su Madre.
En la jornada del domingo, celebraron la Eucaristía con los más pequeños, teniendo la oportunidad de compartir con los asistentes qué significa para la Hermandad el Simpecado. Al término de la misma se invitó a besar las borlas del Simpecado, y a guardarlo con el rezo del Ángelus y el cante de sevillanas. Por último se dio a besar la reliquia de San Juan Pablo II.