El Cabildo Catedral y la Asociación Cuco Club de Córdoba para la UNESCO han firmado recientemente un convenio, un marco de actuación en el que esta asociación pondrá toda su capacidad operativa y de gestión para que, durante el plazo de vigencia de este acuerdo, se desarrolle un proyecto con total responsabilidad de sus obligaciones legales de carácter laboral, civil, mercantil, fiscal y también administrativo. ¿Qué significa todo esto para una asociación que comparte los ideales de UNESCO y tienen su hoja de ruta los objetivos de desarrollo sostenible? Nos lo explica la presidenta de esta asociación, Carmen de Prado
La asociación Cuco estimula la cultura, proyecta acciones educativas y sociales que comparten los ideales de UNESCO. ¿Qué significa eso para ti?
Nosotros estamos acreditados por la Agencia de Cooperación Española con la Unesco como Club de Córdoba para la Unesco, somos sociedad civil y hay más de 14.000 clubes y asociaciones como nosotros en todo el mundo. A día de hoy lo que compartimos es difundir los valores de la sostenibilidad, que son valores universales. Cada club trabaja en unas áreas diferentes dependiendo de las personas que funden la asociación o de la idiosincrasia de la ciudad. Para nosotros el área de educación es muy importante, porque estamos educando a los ciudadanos del futuro que van a tomar las decisiones. El área de patrimonio es fundamental también porque entendemos que viviendo y sintiendo el patrimonio se trabajan valores como la sostenibilidad, la generosidad, la responsabilidad, el compromiso, el respeto o la fraternidad. La tercera área de actuación es la acción social, porque nuestra vocación realmente es social.
Ustedes promueven jornadas, seminarios, sobre un tema especializado para mostrar el potencial del patrimonio para lograr los objetivos de desarrollo sostenible. ¿Cómo trabaja este aspecto para medir esa contribución en las dimensiones económicas, ambiental y social de nuestra ciudad?
Entendemos que el patrimonio es fundamental para alcanzar el desarrollo sostenible. Me gustaría poder resaltar lo que es la sostenibilidad, el desarrollo sostenible, que muchas veces creemos que solamente es la dimensión verde, y en realidad son tres dimensiones. La sostenibilidad es alcanzar una armonía entre el desarrollo social, el crecimiento económico y la protección del medio ambiente. Entonces, en cualquier tipo de organización ya se toman acciones sostenibles, iniciativas sostenibles en lo que es la gestión, en la actividad. Muchas veces, por responsabilidad de la persona, por sentido común, por sensibilidad de las personas que gestionan ese recurso patrimonial. Nosotros trabajamos con la Universidad de Córdoba y para nosotros es muy importante, con esos proyectos de investigación y transferencia, identificar un diagnóstico, desarrollar una herramienta para poder evaluar esos avances que se hacen en sostenibilidad y luego sobre todo también compartir esos resultados de investigación y transferencia para que lo utilicen otras organizaciones. En la cuestión del patrimonio es muy importante dar a conocer cómo se contribuye a esas tres dimensiones. La Mezquita Catedral, como uno de los recursos más importantes para Córdoba y a nivel nacional y mundial, está celebrando este año su 40 aniversario como Patrimonio de la Humanidad por UNESCO. La verdad es que es una gran desconocida, todo lo que hace a favor de las personas y de la naturaleza. Puede ser un magnífico modelo de gestión sostenible para otros recursos patrimoniales y para otras ciudades patrimonio.
Esa capacidad de armonizar que tiene la Mezquita Catedral, con este convenio firmado con el Cabildo se fijan algunos objetivos, un plan que demuestre esta alineación de la Mezquita Catedral con la sostenibilidad, donde se concrete su contribución al desarrollo social, al crecimiento económico y a la protección del medio ambiente. ¿Cómo se va a expresar esa magnitud que tiene la Mezquita Catedral en estos tres factores?
Hay un punto muy importante que es la comunicación, el hacer entender con un lenguaje sencillo y fácil de qué manera la Mezquita Catedral contribuye a ese equilibrio, esa armonía de esas tres dimensiones. También, a nivel de gestión es como un plan de gestión, un plan estratégico de cualquier organización. Es importante decir cuál es tu punto de partida, hacer un plan de acción, tienes que utilizar una serie de indicadores para medir cómo vas avanzando y luego también es muy importante el comunicar, porque la Mezquita Catedral es un referente, puede servir de modelo para otros recursos patrimoniales y también para las personas. Me maravilla que dos millones de personas visiten la Mezquita Catedral al año y que, por ejemplo, el Patio de los Naranjos esté siempre impecable. No hay un regimiento de personas recogiendo papeles del suelo o papeleras por todos lados, por supuesto, que hay servicio de limpieza, pero al final es eso, es ser un modelo, un referente. Tú ves a las personas que forman parte del equipo de la Mezquita Catedral, que te reciben con una sonrisa y le respondes con otra sonrisa. Si ves que el Patio de los Naranjos está limpio, está impecable, pues no tiras un papel. Entonces, ahí la Mezquita Catedral, y todo el equipo, son conscientes de esa responsabilidad y ese potencial que tienen para ser un modelo, un referente de gestión y de día a día para otras instituciones.
En la acción social aparece la parroquia de Santa Luisa de Marillac o la Fundación Prolibertas como colaboradores en programas de bienestar social que fomentan la inclusión y la cohesión social en vuestra asociación. ¿Cómo se trabaja desde vuestra asociación con esta parroquia y con esta entidad?
Nosotros en venimos del mundo del voluntariado, nos dimos cuenta que podíamos aportar mucho a la sociedad con nuestra formación, experiencia profesional y contactos. Córdoba es una ciudad muy solidaria, tiene un tejido asociativo maravilloso y tiene un tamaño mediano en el que puedes construir proyectos y siempre vas a obtener el compromiso de instituciones a nivel de administración pública, para financiación, así como instituciones públicas y privadas. En Santa Luisa de Marillac hemos repartido alimentos a las familias, hemos dado catequesis y seguimos colaborando en la escuela de español para migrantes. En el caso de la Fundación Prolibertas de los padres trinitarios, colaboramos en la cocina del comedor social, en el reparto de alimentos. Desde Cuco hicimos un proyecto muy bonito para la donación de ropa porque, después de los plásticos, la ropa es el segundo mayor contaminante. Era un proyecto de economía circular, que consistía en ordenar la ropa que se recibía en las instalaciones de los trinitarios. Se clasifica en categorías A, B y C, según el estado de cómo venga la ropa. La categoría A, que viene en muy buen estado y se puede reutilizar, se usaba para satisfacer las necesidades de los usuarios sin techo de la Fundación Prolibertas. Esa ropa se canaliza también en la tienda de ropa de segunda mano de María Cristina. Por otro lado, la ropa de categoría B, que está en buenas condiciones y se puede reutilizar, se venden los mercadillos que se celebran de forma trimestral a 1, 2 y 3 euros. Por último, la categoría C se vende al peso porque esa ropa tiene salida, por ejemplo se tritura para rellenar colchones o almohadas. Al final lo que se hace es favorecer la economía circular, darle una segunda oportunidad a la ropa, a través de una labor de mentoring llevada a cabo desde CUCO.
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