La intención del Cabildo Catedral es que los visitantes puedan ver la restauración como lo ha manifestado el Deán-presidente
A finales de enero de este año comenzaron las obras de restauración de la macsura, después de diez años de trabajo e investigación. Al tratarse de uno de los lugares principales del monumento, los trabajos se están ejecutando con los máximos niveles de técnica y profesionalidad. El Deán-presidente de la Catedral, Joaquín Alberto Nieva, ha manifestado la intención del Cabildo catedralicio de mantener la macsura abierta al público de manera que los visitantes puedan disfrutar de uno de los lugares más neurálgicos de la Catedral a pesar de estar en obras. El Deán ha asegurado que intención es que “los visitantes no solamente continúen viendo las distintas partes de las tres cúpulas interiores, sino también, si es posible, puedan ver algo de la restauración”, pero eso lo tienen que decir los propios técnicos».
Los expertos han dado la buena noticia de que las bóvedas de ladrillo sobre las que se apoyaban las tejas están en un estado aceptable de conservación. La restauración se ha empezado por el tejado, a la inversa que en las obras habituales, pero el buen estado de las cubiertas será el que evite “goteras y humedades” que podrían influir en las siguientes fases de restauración.
Terminada esta intervención, continuarán por la parte interior con la restauración artística de las bóvedas, y será en ese momento cuando se intente mantener abierta al público para que se pueda ver cómo es la restauración en la ornamentación y en los mosaicos.
Como ya explicara el Cabildo catedralicio al inicio de las obras, éstas pueden durar tres años y pueden alcanzar los cuatro millones de euros de presupuesto.
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