Los 900 jóvenes que han participado en la XXIX peregrinación a Guadalupe se despiden de la Virgen con la eucaristía dominical
En la mañana de este domingo, 20 de octubre, se ha celebrado en el Monasterio de Guadalupe la misa que pone fin a la XXIX peregrinación diocesana de jóvenes. Los peregrinos, voluntarios y sacerdotes diocesanos que han participado en la misma han compartido la eucaristía, que ha estado presidida por el Delegado de Juventud, Pablo Fernández de la Puebla.
En su homilía el Delegado de Juventud ha comparado lo que los peregrinos han vivido estos días con la vida. La vida es un camino, un camino con María que nos abre las puertas del cielo, ha comenzado. Es importante saber a dónde vamos y cuál es nuestro destino, ha destacado Pablo, porque a veces nos podemos ver llevados a donde “la marea del mundo” nos lleve. El camino de la vida, al igual que una peregrinación, tiene etapas difíciles pero también momentos de mucha alegría. La vida es muy bonita y merece vivirla, es un regalo de Dios, ha resaltado el Delegado.
Ha continuado su alocución recalcando que estamos hecho para el cielo, el cielo tiene que ser nuestra meta porque será donde disfrutemos de la felicidad eterna. El Seños nos ha hecho para esa eternidad feliz en la que no estaremos solos, esteremos juntos y con Él. El Papa Benedicto XVI solía decir que la Iglesia es una compañía de amigos que no te abandonará nunca. Sale a nuestro encuentro y nos invita a sentarnos en la mesa de la eucaristía, nos escucha y nos acompaña.
Por último, Pablo, en un balance de la peregrinación, ha confesado que “hemos disfrutado y hemos vivido algo diferente a lo que el mundo nos ofrece”. La alegría plena de este fin de semana es lo que Dios quiere para vosotros, ha recordado a los jóvenes, y si miráis a María ella os acercará, acompañará y guiará en el camino. A la vuelta os animo a que seáis jóvenes valientes porque el mundo necesita jóvenes cristianos con fe fuerte. Acudid a la eucaristía, a la oración y al sacramento del perdón porque en Jesús encontraréis descanso y todos los deseos de vuestro corazón serán saciados.
Un año más los jóvenes de la Diócesis han disfrutado de un fin de semana intenso, han superado las adversidades y han tenido la oportunidad de encontrase con el Señor a través de María. La vista puesta ya en 2025, que se celebrará la trigésima peregrinación de jóvenes a Guadalupe.
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