La Escuela del MCC de Córdoba ha clausurado el curso en todas sus sedes con una Eucaristía en acción de gracias
La Escuela del MCC de Córdoba ha clausurado el curso en todas sus sedes con una Eucaristía en acción de Gracias. En la Sede de la Sierra, la Eucaristía se celebró en la parroquia de Sta. Catalina de Pozoblanco; en la de la Campiña, en la parroquia de Nuestra Señora del Carmen de Lucena y en la Capital, la Eucaristía se desarrolló al aire libre y estuvo presidida por el Viceconsilisario del Movimiento de Cursillos de Cristiandad de Córdoba, el sacerdote Jesús Linares, que animó a avanzar al movimiento según su carisma de primer anuncio a los alejados y personas no creyentes. En la víspera de la fiesta de san Pedro y Pablo, el párroco de san Pelagio, animó a imitar la entrega de Pedro y Pablo que «habiendo recibido la revelación Dios, no dudaron en anunciar sin descanso a judíos y gentiles, que Jesús es su Hijo amado». El sacerdote añadió que «para seguirle tenemos que estar abiertos a su mandato del amor, para que se haga presente en nuestras vidas y podamos escuchar cada día su invitación de seguirlo».
La presidenta del MCC, Yolanda Muñoz en su Acción de gracias, retomó las palabras manifestadas por los miembros de la Escuela, en relación a los sentimientos vividos en este curso, para dar gracias a Dios por acompañarnos a Galilea. Agradeció la colaboración y servicio de todos durante el curso, especialmente «la generosa dedicación de Álvaro Martínez al Movimiento de Cursillos a nivel nacional e internacional y a todos los sacerdotes que nos han acompañado durante el año junto al Consiliario y Viceconsiliario», transmitió a los presentes.
Tras la Eucaristía, «vivida como fuente renovadora de nuestra fidelidad a Cristo y como momento de comunión espiritual con Jesús», según un comunicado emitido por MCC, tuvo lugar un tiempo de convivencia en cada Sede, donde se compartió un ágape para reforzar «la amistad y el cariño entre los miembros de la Comunidad», que en esta ocasión, asistían con sus familiares, «un punto de apoyo de la Comunidad», expresa el movimiento en su comunicado. De este modo, los miembros de la Escuela de Cursillos de cristiandad muestran su agradecimiento por el encuentro fraterno, y «viviremos el verano con la firme determinación de perseverar en la misión que el Señor nos encomienda, pidiendo a Dios Padre que nos siga dando la gracia de ser apóstoles de Cristo Vivo».
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