La Catedral acoge la Eucaristía de inauguración y envío de los maestros, profesores de religión y educadores cristianos
La Delegación Diocesana de Enseñanza de Córdoba ha celebrado en la Santa Iglesia Catedral de Córdoba la tradicional Eucaristía de Inauguración y Envío al inicio del curso 2025/2026. La celebración estuvo presidida por nuestro obispo, Monseñor Jesús Fernández González, y reunió a maestros, profesores de Religión y educadores cristianos de toda la diócesis de Córdoba.
En su homilía, Don Jesús centró su reflexión en las lecturas proclamadas: el profeta Malaquías recuerda que el Señor distingue a quienes permanecen fieles y promete que “un sol de justicia” brillará para quienes confían en Él. A la luz de esta palabra, el Obispo animó a los educadores a mantener viva la fe y la esperanza, incluso cuando su labor cotidiana pueda parecer pequeña o poco reconocida. “El Señor ve el bien que hacéis —afirmó—. Aunque muchas veces no se note, hay una recompensa que no se mide por dinero ni por prestigio”.
Comentando el salmo, subrayó la importancia de arraigar la vida en Dios, como un árbol plantado junto a la corriente de agua que permanece firme en medio de las dificultades. Esa fortaleza —dijo— es esencial para quienes tienen la misión de educar y acompañar a las nuevas generaciones.
A partir del Evangelio de Lucas, donde Jesús invita a pedir, buscar y llamar, Don Jesús destacó que la oración perseverante es la fuente de la fuerza del educador cristiano. “No se trata de confiar en nuestras propias fuerzas —explicó—, sino en la fidelidad de Dios, que nunca falla. Si nosotros, con nuestras limitaciones, sabemos dar cosas buenas, ¡cuánto más el Padre del cielo nos dará su Espíritu!”
Con estas palabras, el Obispo recordó a todos que la misión educativa es, ante todo, una vocación y un envío: es Dios quien llama y la Iglesia quien envía. Invitó a vivir este nuevo curso como testigos del Evangelio en medio de la escuela, siendo sal y luz allí donde cada uno ha sido enviado.
La celebración concluyó con el gesto de envío, signo visible de una misión compartida que significa evangelizar en la educación y educar evangelizando, confiando siempre en que el Espíritu Santo sostiene cada paso.
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