El tráfico es una ocasión para ejercitar las virtudes cristianas. Este año celebramos los cincuenta años de la creación, por parte de la Conferencia Episcopal Española, del departamento del Apostolado de la Carretera.
En este año celebramos los cincuenta años de la creación, por parte de la Conferencia Episcopal Española, del departamento del Apostolado de la Carretera, una respuesta pastoral a la preocupación de los últimos papas y recomendaciones del Concilio Vaticano II por atender a todas las personas relacionadas con la carretera, evitando la siniestralidad, aumentando la responsabilidad en la conducción, y de este modo asegurar el tesoro de la vida.
La diócesis de Córdoba se dispone a celebrar el próximo 1 de julio la Jornada de Responsabilidad en el Tráfico 2018 a través de distintas acciones impulsadas por el Secretariado del Apostolado de la carretera, dirigido por el sacerdote Rafael Rabasco. El lema de este año “Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días” (Mt 28, 21) nos recuerda que no vamos solos en el camino de la vida. Por el contrario, nos acompaña y está el Señor, como hermano y amigo, solidarizándose con el hombre que sufre; y como buen samaritano nos auxilia y nos unge con el óleo de la salvación, sanando nuestras heridas y librándonos de todos los males.
En las últimas décadas las carreteras han experimentado un vertiginoso aumento del tráfico y una intensa movilidad humana, y ello “comporta nuevos retos y problemas que requieren un tratamiento y atención específicos desde muchos ámbitos, incluido el pastoral”, explica Rafael Rabasco que subraya como “donde esté el hombre, allí estará la Iglesia, proclamando el Evangelio y llevando la salvación de Dios a todos”. Además el responsable de esta pastoral señala que “para el cristiano la carretera también es un lugar donde ejercer el apostolado y hacer presente a Dios, especialmente a través de las obras de misericordia, ya que en muchas ocasiones se presente la oportunidad de prestar nuestra ayuda a los demás en los pequeños servicios materiales, humanos y espirituales”.
La carretera es “escuela práctica de fe a través del ejercicio moral y cívico de la conducción”, y representa un medio válido para la santificación mediante el ejercicio de las virtudes de la prudencia, de la solidaridad y de la caridad; virtudes que se desarrollan socorriendo, perdonando los fallos humanos de los otros ”porque conducir bien es agradar a Dios, agradecerle, imitarle y, como Jesús, pasar haciendo el bien a todos”, argumenta el director del Secretariado del Apostolado de la carretera.
OBJETIVOS Y ACTIVIDADES DEL SECRETARIADO
El Secretariado del Apostolado de la Carretera de la Diócesis de Córdoba trata de cumplir y desarrollar el plan pastoral diocesano aplicándolo al ámbito de la carretera y al fenómeno de la movilidad, como lugar específico de evangelización. Para ello tiene como objetivos despertar en la conciencia del hombre actual el respeto y aprecio por la vida como “don más precioso y preciado” confiado por Dios, crear una conciencia moral en orden a evitar el elevado número de víctimas mortales en la carretera e impulsar y hacer operativa la atención pastoral en el amplio ámbito del tráfico (conductores, transportistas, peatones, taxistas, camioneros, responsables de la seguridad vial, gasolineras, autoescuelas …. y víctimas y familiares afectados) dando un mensaje de responsabilidad, de solidaridad, pero sobre todo de cercanía cristiana y eclesial.
Entra las actividades que viene realizando este secretariado destaca la distribución y máxima divulgación del material de la Campaña a toda la Diócesis ampliándola a distintos colectivos y asociaciones del gremio. Además de la realización de jornadas de responsabilidad y educación vial con distintos grupos escolares y parroquiales (charlas, catequesis…), el secretariado promueve la bendición de vehículos, celebraciones litúrgicas, acompañamiento y colaboración con asociaciones de la Diócesis: hermandades de San Cristóbal, cofradías… responsables de tráfico y afectados por accidentes.
