El obispo de Córdoba ha presidido la misa exequial este sábado, ante una gran asistencia de fieles
La comunidad del monasterio de San José y Santa Teresa de las Madres Carmelitas Descalzas de Lucena comunicó el viernes, 15 de septiembre, el fallecimiento de la Madre Adriana de Jesús Crucificado, priora de la comunidad y conocida popularmente por ser la monja a la que el Santo Padre llamó en distintas ocasiones para conversar, ya que tenía relación con ella y con dos monjas más argentinas de la comunidad a las que conoció cuando era arzobispo de Buenos Aires.
Tras ser velada en el coro por sus hermanas de la comunidad como era su voluntad, cientos de fieles han acudido durante la mañana del sábado, 16 de septiembre, a rezar por Sor Adriana tanto en la celebración que hubo por la mañana como en la misa exequial que tuvo lugar a las 17:00 horas, presidida por el obispo de Córdoba y concelebrada por los párrocos de la localidad.
Una vida de entrega fiel
La Madre Adriana de Jesús Crucificado comenzó la vida religiosa a los 18 años en el Carmelo del Corpus Christi en Buenos Aires. Allí desempeñó varios cargos de responsabilidad. A los 20 años de vida religiosa siguió una llamada especial , una vocación dentro de la vocación religiosa, para ayudar a los Carmelos de España, que solicitaban monjas para poder continuar la vida carmelitana.
Su entrega fiel y alegre en España ha sido durante 28 años, primero en el Carmelo de Castellón y luego en el de Lucena durante 23 años. Lucena ha sido una ciudad muy querida para ella, aseguran sus hermanas de la comunidad, ya que era «continuar la vida carmelitana en un Carmelo de más de 400 años».
Esta religiosa carmelita se entregó fiel hasta la muerte, entregando su alma fiel y feliz.