El pasado domingo en la S.I. Catedral de Córdoba. Más de trescientos fieles asistieron a la Eucaristía en sufragio de Chiara Lubich, fundadora de la Obra de María, Movimiento de los Focolares, presidida por el Obispo, D. Juan José Asenjo, el pasado domingo, día de la solemnidad de la Ascensión del Señor, en la Santa Iglesia Catedral.
Durante su homilía, D. Juan José Asenjo manifestó que “Chiara Lubich, en una acción iluminadora, bienhechora y pedagógica del Espíritu Santo, nos ha ido descubriendo nuevos acentos de la Palabra intemporal de Jesucristo, rasgos nuevos del rostro radiante del Señor”. Además, “ha puesto el núcleo más genuino del Evangelio al alcance de cualquier cristiano, recordándonos que todos estamos llamados a vivir al pie de la letra el ideal de la unidad y a cumplir el deseo más ardiente de Jesús: ‘Que todos sean uno’, como ella afirmó muchas veces”. Recordó, que “en el centro de esta sociedad renovada, Chiara quiso poner a María”, porque para ella “la Virgen es la llave preciosísima para entrar en el Evangelio”. Por eso, decidió encomendar su obra a María, dándole precisamente su nombre: Obra de María.
También, el Obispo destacó que Chiara “vivió para el Señor, al servicio de la unidad, y para vosotros miembros de los Focolares, llegando a ser madre de muchos y habiendo guiado a las personas no hacia sí misma, sino hacia Cristo”.
Por ello, “la Iglesia hoy más que nunca tiene el deber de anunciar el Evangelio de la esperanza, al tiempo que necesitamos que nuestra fe en la resurrección, fundada en las promesas de Dios y en la fidelidad del amor de Dios revelado en Jesucristo, sea fortalecida por el testimonio de creyentes como Chiara Lubich, que por la acción del Espíritu Santo ha superado estos temores y han llegado a aceptar e incluso desear lo que tantos tememos”, señaló D. Juan José Asenjo.
