
El sacerdote diocesano Antonio Gil desea Feliz Navidad desde los tres “pesebres” en los que nace Jesús
Al finalizar el Adviento, coloquemos en nuestros labios el mejor pregón navideño: “¡Humanidad, Dios te ama, se hizo hombre por ti, ya no estás sola!”. Este es el regalo que nos ofrece la Navidad: descubrimos con asombro que el Señor es toda la gratuidad posible, toda la ternura posible. La pregunta que surge en Navidad es: “¿Me dejo amar por Dios? ¿Me abandono a su amor que viene a salvarme?”.
El Papa Francisco nos obsequió con la hermosa leyenda del “pastor pobre”. Dice así: “Cuando Jesús nació, los pastores corrían hacia la gruta llevando muchos regalos. Cada uno llevaba lo que tenía: unos, el fruto de su trabajo, otros, algo de valor. Pero mientras todos los pastores se esforzaban con generosidad en llevar lo mejor, había uno que no tenía nada. Era muy pobre, no tenía nada que ofrecer, manteniéndose apartado con vergüenza. En un determinado momento, san José y la Virgen se vieron en dificultad para recibir todos los regalos, muchos, sobre todo María, que debía tener en brazos al Niño. Entonces, viendo a aquel pastor con las manos vacías, le pidió que se acercara. Y le puso a Jesús en sus manos. El pastor, tomándolo, se dio cuenta de que había recibido lo que no se merecía, que tenía entre sus brazos, el regalo más grande de la historia. Se miró las manos, y esas manos que le parecían siempre vacías se habían convertido en la cuna de Dios”.
Desde los tres “pesebres” en los que nace Jesús: el “pesebre” de Belén; el “pesebre” del altar, sobre el blanquísimo lino de los corporales; el “pesebre” de nuestro corazón… ¡Feliz Navidad!
La entrada Esta semana en Al Trasluz: ¡Humanidad: Dios te ama! apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

