El viernes, 10 de junio, podemos acercarnos a la parroquia de San Lorenzo con otra mirada, acercarnos a su rosetón, a su torre campanario y los frescos de sus antiguas paredes es posible de la mano de la restauradora Ana Infante que en el ciclo Luz del Arcángel es nuestra guía para conocer las maravillas de esta Iglesia fernandina. La cita es el 10 de junio, a las 21:00 horas
Los frescos del ábside de San Lorenzo, este es el título de la conferencia; así expresado parece sencillo, pero esconden siglos de historia ¿cuál es su riqueza artística, su origen?
Los frescos están datados a finales del siglo XV principios del XVI y es de lo mejor que tenemos de esta época en Córdoba, provincia e incluso Andalucía. De esta época es complicado tener los restos de pintura mural y los metros cuadrados que tenemos. La ubicación de estas pinturas murales en el ábside se recupera en los años setenta, cuando se retira el retablo. Había documentación de que existían esos frescos pero en el Barroco se coloca el retablo y se tapan.
En los nervios de la parte de arriba de la bóveda aparecen unos dragones representados de una calidad artística impresionante. En los plementos está la vida de la pasión de Cristo, entre nervio y nervio de la bóveda aparecen representados unos ángeles y en la parte de abajo está la representación de los profetas. En el caso, tanto de la bóveda como de los plementos, son pinturas al fresco, es decir con pigmento y cal, mientras que en los profetas en la parte baja es pintura al fresco pero con terminación al temple, en términos artísticos terminación al seco.
Se mezclan estas dos técnicas porque para conseguir algunos colores en el caso de la utilización del azul cuando lo mezclaban con la cal y entraba en contacto con el oxígeno se convertía en verde. Para darle más intensidad a las zonas bajas se utiliza el temple a la cola para utilizar ese tipo de pigmento y además hay zonas también doradas. En la parte superior tenemos frescos y en la inferior frescos con terminación al seco.
¿Qué intención artística tenía la persona que decidió e intervino en esa Iglesia para que fueran frescos y no otra decoración?
En esa época tenemos algunas referencias en San Nicolás y San Miguel pero lo que hacían era representar las figuras en el muro. D. Juan José Asenjo decía que era una representación de un retablo en la pared.
El paso del tiempo hizo que durante muchos siglos estuviese oculto
Al comienzo del Barroco en el siglo XVIII se coloca el retablo y desde entonces las pinturas aparecen ocultas hasta los años setenta del siglo XX que el párroco D. Juan Novo las descubre y las recupera. Parte de ellas estaban encaladas y gracias a eso se han conservado.
El retablo estaba colocado a los pies de la Iglesia, se retira y se recuperan esas pinturas de las que ya se tenía constancia.
¿Cómo es el proceso de conservación de los frescos?
Se encontraban en muy mal estado porque habían estado mucho tiempo ocultas, si bien es cierto que esas capas de cal habían conservado el tipo de pintura, pero desde los años setenta estaban al aire. La parte inferior, donde aparecen las dos técnicas, es la que se encontraba peor por la disgregación de los materiales. Si el muro que sujeta la pintura está mal, el fresco también estará mal.
La Iglesia está realizada en sillares y por esas juntas en el ábside entre sillar y sillar se filtraba el agua y estaba dañando bastante las pinturas. Hay que tener en conciencia que no es una pintura de caballete sino que es una pintura movible, que está sujeta al muro y los problemas que tenga el muro se van a reflejar también en la pintura. La conservación del soporte es muy importante para que la conservación de las pinturas.
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