Durante estos días están trabajando para recobrar la vida cotidiana ante un desastre que ha ocasionado la muerte de 325 personas.
Tras el terremoto de México D.F. que ha causado la muerte a 325 personas y ha dejado miles de heridos y desaparecidos, el país ensaya un regreso a la normalidad que tardará tiempo en recuperar. Los misioneros cordobeses que allí trabajan ayudan a recobrar la vida cotidiana entre escombros y lo hacen tratando de abastecer a los diversos equipos de rescate, recabando víveres, medicinas y otros enseres de necesidad, explica Antonio Cabrera, misionero cordobés de la Congregación de Legionarios de Cristo que lleva a cabo su misión en Lomas de Tecamachalco, en la zona norponiente de la Zona Metropolitana del Valle de México.
Las necesidades de la población son muchas y “en lo particular nos hemos puesto a trabajar en la Universidad Anáhuac, donde estoy como director de la Facultad de Bioética de dicha Universidad. En la Universidad se han reunido más de 2.000 voluntarios, entre alumnos, egresados, profesores y Equipo directivo de la Universidad”, explica Cabrera.
La ayuda se extiende a otros estados afectados por el seísmo como Morelos, Puebla, Oaxaca o Chiapas, que también cuentan víctimas mortales tras el terremoto de magnitud 8,2 en la escala de Richter. Hace 32 años, también un 20 de septiembre, se produjo en el país mexicano un terremoto que dejó miles de víctimas mortales.