Los sacerdotes Pablo Calvo del Pozo, Fernando Suárez y Jerónimo Fernández han recibido hoy el nombramiento de manos del Obispo
Los sacerdotes Pablo Calvo del Pozo, párroco de San Andrés Apóstol de Córdoba, Fernando Suárez, rector de la Basílica de San Juan de Ávila de Montilla, y Jerónimo Fernández, párroco de San Calixto, han recibido hoy el nombramiento del Papa Francisco como Misioneros de la Misericordia emitido por el Dicasterio de la Evangelización y firmado por el cardenal prefecto, Rino Fisichella
En el año 2015-2016, el papa Francisco convocó un año Santo extraordinario, año Jubilar de la Misericordia. Con tal ocasión, estableció en las diversas diócesis, sacerdotes Misioneros de la Misericordia, con el fin de potenciar y favorece el sacramento de la reconciliación, (Carta Apostólica Misericordia et Misera, n.9)
A estos misioneros, el santo padre les pide que muestren de manera más explícita el rostro misericordioso de Dios Padre, que nunca se cansa de perdonar. Que vayan a los lugares y situaciones humanas donde más necesario sea el perdón que trae una nueva y renovada esperanza, porque son un grupo de sacerdotes designados para perdonar los pecados graves reservados al Papa, u otra persona autorizada por la Santa Sede.
Para llevar a buen fin su ministerio, el Papa concede a los misioneros de la misericordia que, además de perdonar los pecados que ya hacen de manera ordinaria, puedan perdonar algunos pecados que comportan una censura reservada a la Sede Apostólica.
Los nuevos Misioneros de la Misericordia de Córdoba se integran en un grupo especial de mil sacerdotes de todo el mundo designado por el Papa para predicar la misericordia de Dios, acompañar a las comunidades cristianas y perdonar los pecados. Desde el Jubileo de la Misericordia, el Papa ha estimulado la continuidad de este ministerio para que los misioneros, además de encarnar las actitudes sugeridas a todo confesor, sea testigo de la ternura del Padre y se muestre disponible a recorrer el camino penitencial de manera generosa, reflejo de un corazón magnánimo.
El Año Santo que estamos celebrando nos invita a entrar por la puerta del Corazón de Cristo, recibiendo el perdón sacramental y gozando así de la sobreabundancia de gracia divina que trae la indulgencia plenaria. En este año 2025, en el que estamos celebrando el Jubileo ordinario, con la bula Spes non Confundit, la esperanza no defrauda, el santo padre expresa su deseo de que los misioneros de la misericordia, “…también ejerciten su ministerio, devolviendo la esperanza y perdonando cada vez que un pecador se dirige a ellos con corazón abierto y espíritu arrepentido.” (Bula Spes non Confundit, n.23)
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