Las futuras instalaciones serán para el uso religioso de la parroquia de San Isidro Labrador y centro diocesano del Camino Neocatecumenal
Monseñor Demetrio Fernández puso la primera piedra del Catecumenium del Higuerón el pasado domingo, 10 de diciembre. El edificio de uso religioso será el Catecumenium para la parroquia de San Isidro Labrador del Higuerón y el futuro centro diocesano para el Camino Neocatecumenal. El pastor de la Diócesis estuvo acompañado de German Balmore Gómez, párroco de San Isidro Labrador, y de los diáconos Miguel Ángel Moyano y Juan Yersin Méndez.
En Obispo empezó su homilía dirigiendo su mirada hacia el Monasterio de San Jerónimo y recordando que durante siglos ha sido “un factor de cultura y evangelización de la zona” además de conseguir la transmisión de la fe de generación en generación. Lo que el Monasterio fue en su momento “va a ser este Catecumenium en su generación”. Monseñor Demetrio Fernández insistió en que se estaba poniendo la primera piedra “de una casa para Dios y las casas de Dios son nuestras casas porque es donde nos reunimos”. Un Catecumenium “es una casa para Dios y una ventana abierta al cielo, es el lugar donde se reúne la comunidad” añadió el prelado. Se convierte en la casa propia en la que uno aprende a orar, va a convivir y a pasar los mejores momentos de su vida. El obispo pidamos oración a Dios por este proyecto porque “una obra humana con los ingredientes con los que cuenta esta obra es una locura pero una obra de Dios llegará a feliz término porque para Él no hay nada imposible” apuntó.
Terminó el Obispo su alocución anunciando que “desde la fe percibimos que aquí empieza una obra grandiosa, que será centro diocesano para el Camino Neocatecumenal”. A los más jóvenes les recordó que es un lugar “para su vida presente y futura, para vuestros hijos y nietos” por el que vale la pena mostrar interés desde el primer día y ser generosos para ir poniendo el grano de arena que cada uno debe poner. Aquí os encontraréis con Dios y con los hermanos y dará muchos frutos y será para gloria de Dios, vale la pena encomendarlo a Dios desde la primera piedra, terminó.
El nuevo Catecumenium intentará aunar dos elementos: el primero que sea un edificio actual y funcional en el que prime la espacialidad y la luminosidad; y el segundo, se intentará establecer un diálogo y una conexión arquitectónica con las edificaciones religiosas tradicionales mediante características que reflejen la idea de lo divino. Ambos elementos dotarán al edificio de una riqueza arquitectónica basada en el disfrute y la vivencia de los espacios desde el interior.
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