El Obispo presidió la solemne eucaristía de Réquiem en la Santa Iglesia Catedral la tarde del 1 de noviembre
En el día de la fiesta de todos los Santos y la conmemoración de los fieles difuntos monseñor Demetrio Fernández presidió la solemne eucaristía de Réquiem de Mozart en la Catedral. La celebración estuvo concelebrada por el Cabildo Catedralicio e intervino la Orquesta de Córdoba y el Coro de Ópera de Córdoba de la Fundación Cajasur.
Comenzó su homilía el prelado recordando que “a veces andamos perdidos en la vida”, uno no sabe por dónde tirar, pero la liturgia de este día nos sitúa en el centro y ajusta el rumbo de nuestra vida y “nos pone a Jesucristo, que es el que ha revelado al hombre el misterio del hombre” porque la realidad humana se ilumina a la luz del misterio del verbo encarnado, del hijo de Dios hecho hombre, continuó. Monseñor Demetrio Fernández aseguro que “podemos vivir distraídos” pero hoy la liturgia nos centra en el verdadero sentido de la vida, de la muerte y del más allá de la muerte. Jesús se ha hecho hombre y ha compartido nuestra situación humana en todo “excepto en el pecado” y ha compartido también la pasión y la muerte, sin tener porqué, porque ambas son consecuencia del pecado, resaltó el Obispo. Dios no ha inventado la muerte, es hechura humana, la ha inventado el hombre alejándose de Dios, incidió.
El pastor de la Diócesis añadió en su alocución que “Dios no se ha desentendido” y ante esta situación de la humanidad prometió el envío de su hijo Jesucristo que ha asumido el sufrimiento y la muerte para romper el muro con el que se encuentra nuestra experiencia vital. Después Jesús nos abre las puertas del cielo y a su luz entendemos que “el destino del hombre no es la muerte, sino la vida y la felicidad que no acaba”. El cielo no es un mito es una promesa de Dios, resaltó. La muerte no es la última palabra y “el sufrimiento no es el destino trágico e ineludible del hombre”. Nuestro destino es la felicidad eterna porque Jesucristo ha pagado por nosotros la deuda de Adán y todas nuestras deudas, explicó monseñor Demetrio Fernández. Nos ha venido a dar una buena noticia, la vida en la tierra es un camino con dificultades y momentos de gozo que “no termina en el sepulcro”, está abierta al más allá con una esperanza que nada nos puede quitar, alentó.
El Obispo terminó su alocución haciendo alusión a la Misa de Réquiem de Mozart. El músico, profundamente creyente, pensando en esta realidad compuso esta obra sin saber que se estrenaría en su propio funeral. Esta misa “preciosa en cada una de sus partes” la traemos a la Catedral de Córdoba porque la fecha es la propia y en este contexto queremos compartir la fe de la Iglesia ayudados por la belleza de la música de esta misa de Réquiem de Mozart.
Peñarroya-Pueblonuevo
La Misa de Réquiem de Mozart, interpretada por la Orquesta y el Coro de Ópera de Córdoba, se escuchó también el la parroquia de Santa Bárbara de Peñarroya-Pueblonuevo, donde su párroco, Carlos Sanz, presidió la solemne eucaristía la tarde del 31 de octubre.
La entrada “El cielo no es un mito es una promesa de Dios” apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis
