
Se acerca la Navidad, nuestras calles anuncian su llegada. La alegría empapa la liturgia de este domingo. El Señor viene a liberarnos de todas las esclavitudes interiores y exteriores
En el corazón del Adviento resuena con fuerza la palabra “Gaudete”: “Alegraos, vivid felices”, como eco de aquella primera palabra que María escucha de Dios, en la Anunciación”: “Alégrate”. No se trata de una alegría superficial o puramente emotiva ni de una alegría mundana o consumista. Se trata de una “felicidad” más auténtica cuya realidad estamos llamados a descubrir. Es una felicidad que cala en lo más hondo de nuestro ser y que sentimos mientras esperamos a Jesús, que ya ha venido a traer la salvación del mundo, el Mesías prometido, nacido en Belén de la Virgen María.
Y en el evangelio de este domingo, la silueta de Juan Bautista, el hombre austero, humilde, coherente, preso ya por su audacia en la cárcel Maqueronte. Juan se halla en un momento de oscuridad, ansía la llegada del Mesías, cavila en su celda y está hecho un mar de dudas. Por eso envía a sus discípulos a preguntarle directamente a Jesús, si él es el Mesías, o deben esperar a otro. El Mesías justiciero que Juan imaginaba contrasta con la respuesta de Jesús, mostrándole su bondad y su compasión con los enfermos y con los pobres. No son palabras, son hechos que demuestran que la salvación de Jesús abarca a todo el ser humano y lo regenera.
Se acerca la Navidad, nuestras calles anuncian su llegada. La alegría empapa la liturgia de este domingo. El Señor viene a liberarnos de todas las esclavitudes interiores y exteriores. ¡La alegría del corazón, la alegría que nos impulsa a seguir adelante!
La entrada Domingo de Gaudete en Al Trasluz: “Vivid alegres” apareció primero en Diócesis de Córdoba. Ver este artículo en la web de la diócesis

