Hoy ha se ha inaugurado la Semana de la Familia que se celebra en el Palacio episcopal del 8 al 12 de abril.
Esta tarde, el Obispo de Bilbao, Mario Iceta Gavicagogeascoa ha abierto la Semana de la Familia con una ponencia en la que ha desvelado «la verdad del amor humano». Junto a don Mario han presidido el acto el Obispo de Córdoba, don Demetrio Fernández, los delegados diocesanos de Familia y Vida: José Gómez y Concha Iglesias y el consiliario de esta delegación, Antonio Prieto.
En un primer momento, el obispo de Bilbao ha hecho hincapié en las sombras sociales que oscurecen la familia, entre ellas la ideología de género la cual ha definido como «el gran ídolo al que hay que someterse» y que mañana el Obispo de Córdoba explicará ampliamente en la segunda conferencia.
A continuación, el ponente ha afirmado que: «hoy en día se reduce el amor al sentimiento y a las emociones, y cuando la libertad sólo se guía por las emociones ésta se desorienta». En este sentido, ha explicado que «el amor a Dios es el origen del amor humano» y a su vez el amor humano es «la vía maestra por la que Dios se revela al hombre».
Otro aspecto del amor que ha destacado es su dimensión interpersonal por que «somos reflejo del amor comunión de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo». Y respecto al amor nupcial ha trazado una analogía con el misterio de la cruz. Un misterio que ha ilustrado con el momento de la creación de Adán y Eva, por el cual el hombre necesita a la mujer para conocerse a sí mismo y comprenderse. Del mismo modo, este misterio ayuda a comprender, según Mario Iceta, dos modos muy distintos de vivir el amor como son: el matrimonio y la virginidad consagrada, incidiendo en que el amor conyugal requiere una entrega total, fiel, exclusiva y fecunda».
Finalmente ha comentado que la sexualidad es un dato originario «hombre y mujer los creó» y ha tratado de desmentir ciertos tópicos sobre el matrimonio como pueden ser que: el amor es sólo espiritual, que el amor es ciego o que lo importante es estar enamorado pues todo esto es contrario al verdadero sentido del amor esponsal que es entregar la vida por el otro.